En Los Ángeles se quejan por la dura crítica de Obama al COI
La acusación de “arreglos” en 2016 provoca malestar en Lausana, ya que aquella ciudad compite por ser sede de los JJ.OO. en 2024.
Barack Obama acusó en una entrevista con New York Magazine al Comité Olímpico Internacional y a la FIFA, de "arreglar" las votaciones para elegir sedes. “Las decisiones del COI son similares a las de la FIFA, un poco arregladas”, dijo. El presidente de Estados Unidos se refería a la elección de los Juegos de 2016.
El cuerpo electoral del COI es poco maleable, como comprobó Obama en Copenhague. Allí, el centenar de miembros del COI tuvo que esperar en buses a que se completara el barrido de frecuencias del servicio de seguridad de EE UU en el Bella Center y la votación se retrasó. La aparición de Obama restó protagonismo al cónclave. Y Chicago lo pagó. Nueva York también optó a la edición de 2012 y no pasó de la segunda ronda.
Desde entonces, la relación del presidente de EE UU, y por ende su Comité Olímpico nacional, con el COI no es fluida.
Obama declinó su presencia en las ceremonias de apertura de Londres 2012, Sochi 2014 y Río 2016. En Sochi, la delegación estadounidense se encargó de remarcar que desfilarían deportistas gays frente a la restrictiva legislación rusa y la extenista y activista Billie Jean King formó parte de la delegación por designación directa del presidente.
La psicosis generada acerca de la extensión del virus del Zika en Río (“desde medios de EE UU se puso todo muy difícil”, se quejó en AS hace días Juan Antonio Samaranch, vicepresidente del COI) provocó otro roce. Y la petición de la Agencia Antidopaje Americana (USOC) de suspensión total de los deportistas rusos tras el Informe McLaren, que no fue atendida por completo por el COI, generó más desencuentros. Desde EE UU se alienta la teoría de un cierto sentimiento ‘antiamericano’ en las oficinas de Lausana. Obama no se mordió la lengua. Y Los Ángeles 2024 ahora tiembla.