Guarello
Con Grondona la pelota era cuadrada
La sanción de la FIFA a Bolivia, por mala inscripción de Nelson Cabrera en los duelos frente a Perú y Chile, rebotó para todos lados, pero en Argentina provocó un escándalo inesperado. Bueno, no tanto, como los dos puntos ganados por secretaría ubican a Chile sobre Argentina en la tabla eliminatoria, el fallo ajustado a reglamento por si vale la pena recordarlo, fue como si alguien hubiera pateado una jaula llena de gallinas al otro lado de la cordillera. Y los cacareos histéricos llenaron todo el espectro radiofónico.
Vamos, a nadie le gusta ganar por leguleyadas. Aquí nadie anda descorchando champaña ni citando gente en Plaza Baquedano para celebrar. El tema es que hay un reglamento bien claro y los bolivianos no lo cumplieron. Nosotros sabemos de eso, somos clientes habituales de la comisión de disciplina de la FIFA y hasta nos quedamos fuera de un Mundial por pasarnos de listos y creer que se puede ganar de cualquier manera. Créannos hermanos sudamericanos, en Chile conocemos lo duro que aprieta el largo y metálico brazo de la FIFA.
Serán los dos puntos más feos de la historia del fútbol chileno, pero son irreprochables. Cabrera no podía jugar por Bolivia así como Buonanotte no puede jugar por Chile.
Por eso resultan ridículos los argumentos de los argentinos. Ridículos porque están en la lógica de que el reglamento funciona cuando les conviene. Que se aplica la ley del más fuerte y no la ley a secas. Y sobre esta lógica nuestros colegas trasandinos, algunos, no todos, han dicho en las últimas horas barbaridades para llenar varios tomos.
Y de todas las idioteces que hemos leído o escuchado la peor, por el cargo que ostenta, le corresponde al presidente de Boca Juniors Daniel Angelici: “Con Grondona vivo, esto no hubiera pasado”. Falso, la historia lo dice: con Julio Grondona vivo, coleando y vicepresidente de la FIFA, Diego Maradona fue sacado del Mundial 1994 por doparse y se comió un castigo de 14 meses. Y en 1997 el mismo Grondona paró en seco el intento de Daniel Passarella de ganar por secretaría un partido eliminatorio en La Paz, cuando Julio Cruz se autoinfirió un corte tras salir en camilla del Hernando Siles. Don Julio, viejo zorro, corrupto y todo lo tramposo que quieran, sabía que la FIFA es muy rigurosa con el reglamento de sus campeonatos, con las formas dentro de la cancha y no iba a tolerar el tongo, muy parecido al de Roberto Rojas, que pretendieron montar Passarella y Cruz (el partido había terminado 2-1 para Bolivia). No hizo protesta alguna, agachó el moño, aceptó el resultado desfavorable y casi le cortó el cogote al entrenador. Y si les falta un dato, Argentina quedó fuera del Mundial Juvenil de Australia 1993 en castigo a los incidentes provocados por una Sub 20 dos años antes en Portugal, donde, además, el delantero Juan Eduardo Esnaider fue sancionado con un año sin jugar.
Así que no me vengan con cuentos de la omnipotencia del ex presidente de la AFA. Con Grondona esto hubiera pasado porque él también sufrió el rigor de la FIFA. Basta con mirar el archivo, informarse más y llorar menos. Y leer el reglamento de vez en cuando.