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Sistema 1-6-3-1 de Chile

Actualizado a

Antes del empate 0-0 contra Colombia en Barranquilla, Chile venía de una bajísima presentación como visitante. En Quito, a 2.800 metros de altitud, la escuadra dirigida por Juan Antonio Pizzi fue avasallada por Ecuador. Sin apelación cayó por 3-0 y el marcador pudo ser más amplio. La Roja fue un equipo abúlico, que compitió solo hasta el minuto 20 del partido. Después, fue destruida por los inesperados efectos de la puna y la calidad del rival. 

La actuación de entonces parece que dejó una profunda huella en el DT de la Selección. Y ante el trance de afrontar un ambiente aún más complejo que el vivido en Quito (al futbolista chileno lo complica más el calor y la humedad que la altitud), optó por la máxima cautela táctica en el Estadio Metropolitano de Barranquilla. Algunos dicen que planificó un partido inteligente. Es mejor hablar de sensatez porque, por ejemplo, ¿el 'ofensivismo' de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli era acaso tonto, leso o estúpido?

Chile empleó un sistema de juego 1-4-1-2-3. Eso en la dimensión estática del esquema. Pero en su plano dinámico (con los jugadores cumpliendo las misiones tácticas instruidas por el DT), lo de la Roja fue nítidamente un ordenamiento posicional en la cancha 1-6-3-1. 

La Selección manejó la pelota y controló el partido hasta el break para hidratarse, que ocurrió cerca del minuto 27 del partido. Colombia no era capaz de llegar hasta el tercer pase consecutivo, sus centrales parecían más compañeros de Eduardo Vargas que oponentes y James Rodríguez, la estrella local, no hacía mucho para vencer el sosiego y tomar el mando de su oncena.

Posteriormente, Chile entregó el partido. Se dedicó solamente a defender, agrupado en los primeros 25 metros del terreno, a la espera de contraataques para sorprender. Sin embargo, en el papel fue solo uno: el que finalizó José Pedro Fuenzalida, con un tiro cruzado que se fue desviado, tras una conducción de 60 metros de Vargas. 

Es cierto, Claudio Bravo fue el mejor del equipo. Desvió al córner un cabezazo y un tiro casi a quemarropa. Pero no fueron acciones creativas colectivas de los locales. Ambas situaciones se generaron en dos ejecuciones de faltas con balón detenido. Aunque hay que tener ojo aquí. El 30 por ciento de los goles se convierte así. De modo que el 'solo nos pudieron complicar con pelotas paradas' es un discurso que debiera ser desterrado, pues significa ignorar la realidad futbolística mundial. 

El equipo de Pizzi solo defendió con dos líneas de cuatro en el tramo inicial del partido. Los cuatro defensores, luego Marcelo Díaz y a continuación otros cuatro volantes (Fuenzalida, Aránguiz, Vidal y Beausejour). Nada que ver con la organización clásica 4-4-2, sino que fue un 4-1-4-1, excluyendo al arquero, por cierto.

Después, la cosa fue solo defender y el único contraataque de Fuenzalida. En total, cerca de 70 minutos. Pero no hubo tanto sufrimiento futbolístico. Colombia fue un rival discreto. Aparte de las tapadas de Bravo, solo hizo volar a Johnny Herrera con un tiro de James Rodríguez, con pique previo, que el arquero de la U tapó muy bien en doble instancia. 

Chile se hizo fuerte con el sistema 1-6-3-1. Una línea posterior con dos centrales y sendos laterales bis (Isla-Fuenzalida y Mena-Beausejour). Luego, tres volantes a la misma altura (Aránguiz, Díaz y Vidal) y delante de ellos un solitario atacante (Vargas).

La Concepción de juego defensiva (manera de recuperar el balón) utilizada por la Roja fue el Reagrupamiento defensivo, desde más atrás del círculo central. La Concepción de juego ofensiva (forma de atacar de un equipo), el Contraataque. Por lo tanto, el Ataque construido (juego de pases y combinaciones) solo estuvo vigente en los primeros 27 minutos del partido.

Un ejemplo de todo lo anterior. En el contraataque de Vargas y Fuenzalida, Edu recuperó la pelota por la derecha a la altura del área penal. ¡El único delantero súper retrasado! Como no tenía apoyos, porque todo el resto estaba atrás, debió conducir largamente para jugar con el Chapa, el único acompañante como opción de pase por delante en la fase final de la acción. El otro que participó posicionalmente fue Vidal, llegando por el lado izquierdo, pero muy rezagado. Los otros 7 ni siquiera aparecieron en pantalla. Había que estar prestos para reconfigurar rápidamente el 1-6-3-1 salvador.

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