Arcos
Alguna vez que nos toque
Final feliz.
Partido raro.
Resultado justo.
Trámite variable.
Cambios acertados.
Errores arbitrales a favor.
Actuaciones individuales enormes.
Todo eso es cierto. Todo eso ocurrió en noventa minutos, en el triunfo más importante de Chile en esta clasificatoria. Porque al vencer a Uruguay la Roja suma 20 puntos, con 18 unidades aún por jugar. Restan tres partidos en casa ante rivales abordables. En el papel. Paraguay, Venezuela y Ecuador. Si Chile gana los tres va a Rusia. Y si rescata unidades en visitas complejas como Argentina, Brasil o Bolivia, mejor todavía.
Pero eso es futurismo. Fútbol ficción. Hablemos del presente.
En el primer tiempo, Uruguay le dio un toque a Chile. Antes del gol de Cavani, la Celeste tuvo tres ocasiones claras de gol. Claras. Nítidas. Gol del delantero de PSG a los 16 minutos de juego. Y después un evidente penal no cobrado por falta de Claudio Bravo a Luis Suárez.
Alguna vez que nos toque.
En el último minuto del descuento del primer tiempo, el equipo de Pizzi alcanzó el empate. Sin merecerlo. Jugada enorme de Alexis Sánchez, primer centro preciso de Jean Beasejour y Vargas, sin despegarse del suelo, ante la indiferencia de la zaga uruguaya, anota el empate. El gol que siempre le hacen a Chile.
Alguna vez que nos toque.
El segundo tiempo Chile marcó diferencias a través de un partido deslumbrante de Alexis Sánchez. Los 40 mil asistentes al Nacional podrán decir que vieron una presentación histórica del nortino. Hizo el segundo tras un regate antológico y el tercero tras una cesión magistral de Marcelo Díaz y soportando la marca de la defensa celeste, que se preocupó más de bajar al delantero que de la pelota.
Alguna vez que nos toque.
Pero el partido fue más que eso. Pizzi acertó con los cambios. Vidal, un enorme futbolista, no estaba en condiciones físicas. Entró un Valencia explosivo, sin nada que perder. Ingresó Roco a soportar. A los líricos seguramente no les gustó que Chile defendiera con cinco, pusiera tres al medio y dejara dos atacantes. Porque eso no es “ofensivo”. Pamplinas. No hay mejor forma de ser ofensivo que planear un partido y que te dé resultados.
Al otro lado Tabarez sacó a Carlos Sánchez, el mejor del primer tiempo. Cavani y Suárez, el mejor 9 del mundo, fueron controlados. Chile se soltó después del segundo gol. Hubo espacio hasta para el burlesco olé.
Chile pateó tres veces al arco. Hizo tres goles.
Alguna vez que nos toque.
Sobre el final, Claudio Bravo tapa un penal a Luis Suárez, demostrando por enésima vez, pese a las incomprensibles críticas, que es un golero de otra categoría. Y Chile termina abrochando un partido duro, complejo, que en el primer tiempo pintaba para goleada en contra. Suma cuatro de seis puntos en esta doble fecha eliminatoria. Y Rusia ya no se ve tan lejos.
Alguna vez que nos toque.