Arquero de San Luis defiende su arriesgado juego con los pies
Destacado por sus acciones fuera de la portería, Matías Cano muestra también su lado rebelde y letrado. Subraya que Córdova y Guede son técnicos modernos.
Universidad Católica vs San Luis en vivo
San Luis es la cuarta estación profesional de Matías Cano, el opinante portero argentino. Letrado como pocos de sus pares, reconoce que puede tardar un par de días en devorarse un libro. En el momento de dar esta entrevista estaba leyendo “El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno” de María Olivia Monckeberg.
De los autores chilenos que conoce, también alaba la pluma de Patricia Verdugo. “¿Si acaso soy una excepción en mi medio? Sí, intento culturizarme y trato de entender otros aspectos de la vida que no tienen que ver con la pelota”, explica. Pero no se pone en una posición de superioridad moral: “No es bueno ni malo. Lo hago porque me gusta, la mente me lleva a otras situaciones por eso es tan atrapante. Cada cual es libre de hacer lo que quiera en su tiempo libre”.
-¿En medio de sus lecturas sobre temas político-sociales, ¿le queda tiempo para mirar fútbol?
“Miro mucho fútbol porque me encanta, es lo que me apasiona. Cada vez que puedo me compro un libro. Con el tiempo, a veces, lo vuelvo a leer. Tenemos la suerte de tener una profesión donde tenemos la mayor cantidad del día libre”.
- La campaña de San Luis podría conformarse en la mejor de todos los tiempos…
“Podremos hacer un análisis correcto cuando se termine el torneo. Hoy hay una ilusión tremenda. Sentimos una ansiedad difícil de controlar porque sabemos que estamos cerquita de dar un paso muy importante”.
- Con la Sudamericana en mente, ¿se puede pensar en objetivos personales?
“Mi contrato es hasta mayo. Eso se maneja entre clubes. Realmente estoy ajeno a eso. Más pibe proyectaba en tener un buen año para que uno grande me fichara o dar un gran salto, así pasaron mis 22, 23, 24…y terminaba no disfrutando lo que me estaba pasando en ese momento. Me pasaba la vida proyectando. Aprendí que lo único que importa es el presente. Y cuando dicen que un arquero agarra experiencia no solo es por el juego, es también porque va entendiendo la vida. Hoy estoy en San Luis y no me imagino otra cosa que no sea clasificar a una copa con este club. La realidad me deposita acá, salgo y me divierto. Lo que está por venir, que venga pero va a venir por lo que hiciste en el presente no porque lo deseas o no. Así me lo tomo yo”.
El jugador número 11
En doce partidos de titular entre el torneo y la Copa Chile, suma 14 goles en contra. Colo Colo ya posó sus ojos sobre él.
-Respecto a otros arqueros, sus mapas de calor acusan movimientos bastante alejados del arco…
“Antes del partido, el entrenador da las funciones específicas, va puesto por puesto diciendo qué debe hacer cada uno y (Miguel) Ramírez no hace la excepción con el arquero como lo hacen otros. Hay técnicos que piden que uno solo ataje. Para mí es fundamental que el arquero sea parte de la posesión del juego, de la posesión del balón y también debe estar atento a cualquier despeje del rival que deje pasados a los centrales para que estos no tengan que correr hacia atrás 30 metros y confíen en que el arquero lo puede solucionar. Es casi una exigencia que él me hace y uno ataja así porque el entrenador se lo pide. Me cae bien que él me pida eso, creo que por algo me trajo. Me costó ganarme el puesto. Una vez que lo hice siento el respaldo de él y de mis compañeros.
-¿Debió acomodarse o acostumbraba a hacerlo en sus otros clubes?
“Jugué cinco años en el mismo club (UAI Urquiza), allí nos destacamos porque la pelota saliera limpia desde el fondo. El arquero es fundamental en esa parte del juego. El entrenador que te exige eso te da una confianza tremenda. A veces puede parecer que me excedo en la confianza, pero si lo hago es porque sé que mis compañeros se están desmarcando. Siempre que uno de nosotros tiene la pelota tratamos de que haya ojalá 10 opciones de pase para no tener que dividir la pelota en ningún momento y de esa manera poder tomar el control del juego. La idea madre es esa, que el equipo no divida la pelota en ningún momento y los que están arriba descansen que podemos tener la pelota en la zona defensiva”.
-¿Qué le parece esa crítica que dice que el arquero lo primero que debe hacer es atajar?
“Esa frase está muy usada. Todo va evolucionando. Si tenés la posibilidad de jugar también con el arquero, me parece que es mucho mejor. Depende del DT. Cada entrenador tiene su manera, su forma y cree en ella. El que tiene que tomar el protagonismo es él que debe respaldarte cuando la cosa no llega a salir. Me parece una necesidad para los equipos que son ambiciosos, que quieren estar presionando todo el tiempo al rival, que el arquero tenga buen juego con los pies. Barcelona está en la élite hace 10 años en los que ha jugado de una manera y todos los arqueros fueron un jugador más. No digo que tengan la fórmula del éxito, pero está demostrado que se puede contar con un arquero para jugar, más que para atajar. Si terminas teniendo la pelota todo el partido, serán menos las veces en que te lleguen”.
-¿En qué arquero contemporáneo se siente reflejado?
“Me gusta Nahuel Guzmán (suplente de la selección argentina). Lo sigo desde Newell´s. Fue de los primeros arqueros en Argentina que se animó a ser un jugador más, a apoyar a los de cancha en cualquier momento para tirar la pelota al lateral o al córner. Generalmente pide las pelotas para que la tarea de los defensores sea más simple.
-¿Y en Europa?
“Hay varios arqueros que son el número 11. Manuel Neuer, el mismo Claudio Bravo, Marc-André Ter Stegen, Víctor Valdés. Me siento identificado por el estilo y por el coraje que tienen a la hora de involucrarse en el juego. Si bien, son muy criticados cuando la pelota no llega a destino con los pies o porque les hacen un gol por querer jugar siempre, veo que sus DT los salen a respaldar y dicen que son ellos los que les piden hacer eso”.
-¿En Chile, qué entrenadores le piden participación más activa a sus porteros?
"El entrenador de Palestino (Nicolás Córdova) con (Darío) Melo y (Ignacio) González. Ese equipo involucra al arquero en el juego y el DT se hace responsable. El “Vitamina” Sánchez también. Desde que llegó, los arqueros son partícipes del juego constantemente, los jugadores se desmarcan para poder recibir ese pase porque el arquero está obligado a darlo. Pablo Guede también está dentro de los que más le exigen a sus arqueros. Lo conozco desde Nueva Chicago. Son técnicos modernos que no temen quedar expuestos por un error. Es tan simple que cuando el equipo lo necesite, el arquero pueda devolver un pase. Tampoco es que salga gambeteando o haga locuras. Esos técnicos toman esa forma de jugar y hacen que el jugador se identifique. Lo del arquero va más allá de atajar”.
-¿Por qué hace tanto hincapié en el rol del entrenador, si el jugador muchas veces toma decisiones independientes dentro del campo?
“Si el entrenador te pide una cosa y no la haces, menos chances tendrás de jugar con él. La responsabilidad mayor pasa por el DT. En la cancha decide uno. El fútbol avanzó. Cada vez son más los entrenadores que piden que el arquero brinde soluciones y no solo dentro del área. Lo que falta es que haya entrenadores que le exijan al arquero que se involucren en el juego. Por ahí viene la mano”.