Harden se lleva el duelo de MVP's ante Westbrook
Los Rockets han ganado seis partidos seguidos y 17 de los últimos 19. Eric Gordon fue clave y Nene ganó el partido con dos libres.
Tres partidos han jugado esta temporada los Houston Rockets contra los Oklahoma City Thunder, tres veces han tenido los texanos grandes ventajas en el último cuarto y tres veces se ha decidido el partido en los últimos segundos. "Russell Westbrook no se rinde", decía James Harden camino de vestuarios después de fundirse en un largo abrazo con el todoterreno. Respeto, admiración, cariño... Un abrazo después de una batalla de primera, el tercer asalto de una guerra que tendrá como poco un cuarto el próximo 26 de marzo y que nos ha dejado algunos de los mejores momentos de la temporada. Partidos intensos, grandes rachas, canastas increíbles y los dos mejores jugadores de lo que llevamos de temporada como grandes protagonistas. Poco más le podemos pedir a la NBA... en enero.
El asalto subió al marcador de Harden (26 puntos, 12 asistencias, ocho rebotes) pero nadie se lo podrá quitar jamás a Westbrook. Del animal que lleva el '0' de los Thunder vimos la versión más salvaje: 49 puntos, ocho rebotes, cinco asistencias, dos robos y ocho triples (mejor marca de su carrera profesional). Desatado, intratable, incontenible, imparable... Y, con la ayuda de Oladipo en la anotación exterior (17 puntos, cuatro triples) y un Kanter incontrolable (15+13, ¡seis rebotes ofensivos!), cerca estuvo de dar la sorpresa en el Toyota Center. Pero estos Rockets son muchos Rockets.
El partido
Con el aro en modo piscina, los Thunder salieron al parqué con ganas de jugar el papel de los locales. Westbrook se levantaba una y otra vez en los primeros segundos de la posesión y solo escuchaba el dulce sonido de la red (26 en la primera parte). Pero las grandes ventajas son mucho menos grandes cuando juegan los Rockets (para lo bueno y para lo malo). Los 38 puntos de los visitantes en el primer periodo fueron contestados casi golpe por golpe por un Harden soberbio. ¿Sensación? Los visitantes habían gastado su mejor bala y esta apenas había rozado la coraza de los texanos: 33-38.
A partir de ahí, se fueron cumpliendo normas. Los Thunder empezaron a fallar más (era casi imposible mantener un ritmo de acierto del 63%, sobre todo por la cantidad de tiros exteriores que anotaron en los primeros 12 minutos) y los Rockets, en su salsa con el partido propuesto por los Westbrook y compañía, no soltaron el martillo: +11 al descanso y hasta +18 en algún tramo del tercer cuarto. Parecía sentenciado.
Pero si en algo suelen fallar estos Rockets es a la hora de mantener grandes ventajas. Se trata de un problema derivado del tipo de juego que ponen en práctica, claro. Tanto tiro rápido y largo favorece transiciones y parciales por parte del rival en los tramos de poco acierto. Y, por tercer partido consecutivo contra el conjunto de Oklahoma, con segundos en el reloj de partido seguíamos sin tener ganador.
El proyecto ganó el choque
33 puntos de los Thunder en el último cuarto y final de infarto que decidieron dos tiros libres de Nene. Dos tiros libres que significan mucho más para los Rockets y para la candidatura al MVP de Harden de lo que pueda parecer a primera vista: con solo un par de segundos en el reloj, La Barba decide pasar el balón al compañero que se encuentra en mejor posición. Aprovecha la ventaja creada, como hace habitualmente durante los partidos. Es una decisión muy difícil de ver en la NBA, una Liga que encumbra a sus estrellas y reparte carteles de 'héroe' cada semana. Que una superestrella de la talla de James Harden pase ese balón nos da una idea del nivel de compromiso con el proyecto que hay en estos Rockets. Hay un sistema que dice que hay que aprovechar cada resquicio, cada ventaja. Adams alarga su ayuda porque asume que es la última posesión del partido y que la estrella, Harden, no va a soltar el balón (es así en el 99% de los casos en la NBA). Sin embargo, éste ejecuta como si se tratara de una posesión más y dispara hacia el lugar en el que se encuentra la ventaja: Nene no falla desde la línea y, tras una mala ejecución en el otro lado de la cancha con 0,7 segundos en el reloj (no lograron lanzar a canasta), los Rockets se llevaron su sexto triunfo consecutivo y el número 17 en 19 partidos. ¡17 en 19 partidos! Estos Rockets son muchos Rockets.
Gordon, All-Star
Beverley volvió como si nunca se hubiera ido, Anderson conecto solo dos veces y Nene, titular para pelear con Adams, brilló en su papel y solo en su papel (volvemos a la importancia de la asignación de roles y de que cada uno comprenda lo que tiene que hacer sobre el parqué): 18 puntos y 6/6 en unos tiros que son mates (continuaciones o esperando en línea de fondo). Pero el gran aliado de Harden volvió a ser Eric Gordon. El escolta, que va como un tiro hacia el premio al Mejor Sexto Hombre, anotó 22 puntos (tantos como todo el banquillo rival)y clavó otros cinco triples (lleva 141 esta temporada, más que nadie en la NBA) con un 50% de acierto. En su línea de la temporada, una línea que bien podría vale un Partido de las Estrellas.
Westbrook fue un torrente de puntos, pero Harden ganó el partido con pases: 12 asistencias subieron a su casillero, pero pudieron ser hasta 25 si sus compañeros hubiera estado más acertados en los tiros (25 oportunidades de asistencia según ESPN por las ocho que tuvo Westbrook). De hecho, fue un pase de La Barba que no contó como asistencia el que decidió el choque. Ventaja Harden.