Tom Brady consiguió su cuarto MVP de la Super Bowl
El quarterback de los New England Patriots silenció cualquier debate sobre quién es el mejor jugador de la historia de la NFL con una actuación inconcebible.
Tom Brady ha ganado el premio MVP de la Super Bowl LI. Es su cuarto premio a mejor jugador de la gran final de la NFL, lo que es un récord. Lo ha hecho al liderar una remontada de 25 puntos, lo que es un récord. Ha sumado 466 yardas de pase, lo que es un récord. Para ello, ha completado 43 pases de 62 intentados, lo que es un récord. El QB ha guiado a su equipo al quinto anillo, lo que es un récord.
Todo es un récord. A sumar a los que ya tenía de touchdowns, yardas, pases intentados, pases completados y partidos jugados en la Super Bowl: to-do-es-un-ré-cord.
Si quedaba algún debate vivo acerca de la grandeza histórica de este jugador y su posición en el escalafón, esto es, el más grande que jamás haya jugado al football, hoy han quedado despejado por completo.
Para ganar su cuarto MVP, su quinto anillo, tuvo que realizar el milagro de remontar 25 puntos. A falta de ocho minutos sólo se podía confiar en esta vuelta asombrosa en el marcador porque eran los Patriots y Tom Brady los que perdían. Nada más. Nadie hubiese puesto un duro por cualquier otro equipo o jugador. Pero por ellos puede uno esperar, que no fallan.
Tom Brady, incluso por encima de sí mismo
Los instantes finales, decisivos, de la Super Bowl LI quedarán en el recuerdo de los aficionados por la capacidad de Tom Brady de olvidarse de tres cuartos y medio en los que no fue, ni mucho menos, el mejor jugador sobre el campo, y, en cuanto olió sangre, en cuanto vio que tenía una mínima oportunidad, no volvió a dejar un drive sin rematar, un pase asesino sin completar.
Hablar de Tom Brady hace muchos años que es hablar de algo superlativo. Tras lo que hemos visto en el NRG Stadium de Houston, hasta eso se queda pequeño, ¿cómo es posible que alguien que lo ha logrado todo, que lo ha ganado todo, que lo posee todo, sea capaz de sacar de la chistera un momento aún más especial, digno de sorprendernos y dejarnos boquiabierto? Pues siendo Tom Brady. Nadie más. Nunca. Y no hay quien pueda negarlo.