El ambicioso presente de Matías Rubio en Premier de Kazajistán
El formado en la UC regresó a Kazajistán, donde ya había estado la segunda mitad del 2016, y ahora sueña con jugar una Champions League. Este domingo anotó.
Cuando Matías Rubio llegó a Kazajistán en julio del 2016, el Akzhayik estaba peleando por no descender. Pero tras una campaña notable, el cuadro de Oral se mantuvo en la máxima categoría del país. Coincidencia o no, al chileno le pidieron renovar y este domingo debutó con un gol en la Premier League 2017.
"La experiencia ha sido increíble. Es la primera vez que iba a jugar fuera de Chile y me he encontrado con muy buenos equipos", señala a AS. Pero ¿cómo llegó el formado en la UC a un lugar que está a 16 mil kilómetros de Santiago? Por Ignacio Herrera, uno de sus mejores amigos. "Él mostró mis datos y videos al agente que lo llevó a él y me preguntaron si es que estaba interesado en ir", dice.
Y no se arrepiente de la decisión, puesto que vive con todas las comodidades. "La ciudad de mi equipo es chica y nos dan todo. Los extranjeros estamos en un hotel y nos pasan a buscar en buses para ir al entrenamiento. Acá conocí a un paraguayo con quien voy para todos lados", relata. ¿La única dificultad? El idioma: ruso. "De a poco estoy aprendiendo. Sé lo básico para zafar de cualquier situación", cuenta entre risas.
Y por esa razón es que la idea de volver a Chile aún no está dentro de sus planes. "Primero quiero ir a una liga europea mejor para llegar mejor parado a Chile". Y una revancha con la Universidad Católica, donde fue despedido por no presentarse a entrenar en el 2012, tampoco es opción: "En Chile tengo otros sueños. Me gustaría llegar a otro equipo de los grandes", cierra.
Amistad con Gerson Acevedo
Uno de sus grandes apoyos en esta aventura ha sido Gerson Acevedo, volante que ya lleva más de seis años fuera de Chile. Rubio y él siempre fueron rivales en el fútbol joven. Mientras el primero jugaba por la UC, el segundo defendía a Colo Colo. Ahí hicieron una amistad y años después se reencontraron en Kazajistán.
"Nos llevamos muy bien y como estaba viviendo solo, a veces lo iba a acompañar para conocer la ciudad. Nos complementamos muy bien y como él ya hablaba ruso, me ayudó mucho", dice justo horas después de terminar una nueva práctica a dos días del esperado debut, porque a sus 28 años, aún se ilusiona con el despegue.