La innovación táctica de Hoyos que cambió el destino de la U
El DT ordenó un cambio posicional en la mitad de la cancha que marcó el resurgimiento de los azules. Lorenzo Reyes y Gonzalo Espinoza, los protagonistas.
Universidad de Chile vive su mejor momento en los últimos dos años. Desde abril del 2015 que los azules no lograban tres triunfos consecutivos y esta vez igualaron esa marca, venciendo seguidamente a Palestino, Audax Italiano y Unión Española.
Paralelamente a las victorias, el funcionamiento del equipo ha ido mejorando también. Los azules manejan mejor el balón, con más precisión y rapidez. En la fase defensiva o de recuperación de la pelota, la presión en bloque, desde tres cuartos de cancha hacia atrás, se tornó más eficaz por el movimiento sincronizado de las tres líneas.
Todo esto coincidió con una modificación que el DT Guillermo Hoyos implementó en la mitad de la cancha. Lorenzo Reyes y Gonzalo Espinoza intercambiaron posiciones por decisión técnica. El primero dejó el puesto de volante interior derecho y se instaló en su posición natural de mediocampista central, ubicación que ostentaba antes Espinoza, quien se abrió como '8', hacia la derecha, en el lugar que ocupaba el ex hombre del Betis de España.
Con Reyes parado por delante de los dos centrales (Christian Vilches y Gonzalo Jara), en la posición de '6', la U adquirió mayor seguridad defensiva. El 'Lolo' es menos acelerado que Espinoza, lo que le permite cometer menos infracciones y el equipo sufre menos con tiros libres peligrosos en una zona crucial de la cancha, por ejemplo.
La templanza de Reyes también lo hace conservar más regularmente la posición en el eje de la cancha. Acontece entonces que en cada avance rival la mayoría de las veces se encuentra posicionado por delante de la línea defensiva.
De este modo demora la progresión adversaria o la deriva hacia los costados, lo que permite el achique de espacios de los cuatro de atrás y el regreso de los otros dos volante y del par de aleros o extermos. Así, el bloque se compacta defensivamente y las penetraciones rivales se tornan improbables.
En el uno contra uno (cosa ultra habitual en la posición de '6'), Reyes aplica con rigor el principio de juego defensivo Retardación. Demora el ataque sobre el rival con la pelota dominada, protegiendo su espalda. Esto es un alivio para la dupla de centrales, puesto que evita que la enfrenten con el balón pegado al pie, una de las peores experiencias que viven en la cancha los zagueros.
En la construcción, Reyes es un eslabón muy confiable. Con el bloque ofensivo desplegado en anchura de la mitad de cancha rival, actúa como sostén desde atrás, modificando la orientación del juego, gracias a su buena dinámica de control orientado y pase corto o largo. Además, presionado por los oponentes en el eje exhibe buen manejo del balón para salir airoso y lograr una baja tasa de pelotas perdidas.
A Espinoza le ha costado más el asunto. Tantos años actuando como '6' dejaron una huella en su mecánica de juego, que ahora debe empezar a desandar situado unos metros más adelante en la cancha. Pero sí ha tenido un aval en esta labor: fue evolucionando como un volante central con atributos para soltarse y colaborar en ofensiva.
Le gusta involucrarse en la gestación, con la dinámica 'Tocar y pasar', lo que era muy desaconsejable como '6', pues el relevo no se encontraba garantizado por la presencia de otro mediocampista central. Ahora posee plena libertad para esto, ya que es una obligación para los volantes interiores, y da muestras que se siente a sus anchas en este repertorio.
A veces, eso sí, lo complica la falta de espacios y la recepción de espalda al arco rival. El hábitat del '8' generalmente se encuentra rodeado por mucha gente, lo que exige calidad con la pelota en los pies y resolución rápida de la maniobra. Espinoza haa mejorado en este aspecto y sin duda que los resultados favorables constituyen un estímulo para profundizar en las adaptaciones tácticas a su nueva funcionalidad.
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