ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

NBA | POLÉMICA

LeBron y el lío del calendario: "Todo es porque yo descanso..."

"Yo decido descansar un par de partidos y se monta este lío", aseguró LeBron en medio de una polémica que centra ahora la actualidad NBA.

LeBron y el lío del calendario: "Todo es porque yo descanso..."
Troy TaorminaUSA Today Sports

Desde que ocupó el lugar de David Stern como comisionado, Adam Silver ha solucionado rápido y bien todos los asuntos delicados que ha tenido encima de la mesa, desde asuntos sociales peliagudos como la polémica racista con el anterior dueño de los Clippers, Donald Sterling, a un asunto capital para el presente y el futuro de la NBA como el nuevo convenio colectivo.

Ahora Silver se enfrenta, definitivamente, a una nueva patata caliente : la NBA tiene que encontrar la forma de enhebrar las necesidades competitivas de los equipos con el interés comercial de la Regular Season. Por un lado, la liga firmó un nuevo contrato televisivo que revolucionó (24.000 millones por nueve temporadas) los ingresos y la situación económica de la NBA. Por otro, los equipos profundizan cada vez más en unos estudios científicos que aconsejan o incluso definen en muchos casos los ritmos de intensidad y descanso de los jugadores.

Algunos veteranos aseguran que si antes se jugaba todo qué es lo que ha cambiado tanto ahora. Pero otros dejan claro que si antes se hubiera sabido todo lo que sabe ahora… Mientras, la NBA lleva tiempo trabajando en la reducción de los back to back y las tandas de cuatro partidos en cinco días, pero ahora está descubriendo que tiene que hacerlo con la mirada puesta también en la parrilla televisiva. El dineral que pagan Disney y Turner (ESPN, ABC, TNT) no se sostiene si el partido que antes se jugaba los domingos y ahora se ha reubicado en el prime time del sábado acaba siendo más un problema que una delicada joya de la corona. Y así ha cuando en dos sábados seguidos ha habido espantada de estrellas en un Spurs-Warriors y en un Clippers-Cavaliers.

Estas son algunos datos de ese gran partido de los sábados (ESPN) en los últimos meses:

-Cavaliers-Spurs (21 de enero), 3,6 millones

-Warriors-Clippers (28 de enero), 3,3 millones

-Thunder-Warriors (11 de febrero), 6 millones

-Cavaliers-Bulls (25 de febrero), 2,4 millones

-Spurs-Warriors (11 de marzo), 2,4 millones

-Clippers-Cavaliers (18 de marzo), 1,6 millones

El propio Tyronn Lue, técnico de los Cavs, aseguró que él vería antes los partidos del March Madness que ese Clippers-Cavs sin LeBron, Kyrie ni Kevin Love. Y Popovich deja claro que entiende el lado empresarial del asunto, que lamenta que haya aficionado que se sientan estafados ante la pantalla o en el pabellón… pero que seguirá siendo “la ciencia” y no los propietarios los que le digan a quién tiene que poner o a quién tiene que sentar. Es la respuesta al aviso por escrito de Silver, que empieza a asumir el ala dura que le corresponde en la gestión y que pidió a los dueños de los equipos que se impliquen en el reparto de descansos en sus plantillas con un ojo (o los dos) en lo que resulta mejor para la NBA. Al fondo, posibles multas. Y a un lado, la recomendación de Doc Rivers, que asegura con buen criterio que la entente pasa por una mayor sensibilidad de los entrenadores pero también de la liga, que debería cuidar esos partidos de los sábados, por ejemplo, para hacer que ninguno de los implicados tenga otro encuentro el día anterior o el siguiente. Es un punto de vista crucial aunque tampoco es fácil: la Regular Season es un rompecabezas de viajes y fechas muy difícil de cuadrar.

Y en todo esto vuelve a aparecer LeBron James, vicepresidente de la Asociación de Jugadores y padrino de la liga. Un jugador con un peso tan excepcional que se puede permitir opiniones que otros no expresan o lo hacen pero no son tan tenidas en cuenta. A la NBA le molestó especialmente el descanso de los Cavaliers en L.A. porque ni siquiera se respetaron los plazos protocolarios a nivel informativo, algo que sí hicieron una semana antes los Warriors, en San Antonio. Y LeBron, que ya dejó claro que él quería jugar siempre pero que lo más importante era llegar en las mejores condiciones posibles a la pelea por el anillo, ha asegurado ahora que tiene la percepción de que toda esta polémica surge sencillamente porque él decidió descansar: “Me encanta cómo trabaja Adam Silver y todo lo que está haciendo por la NBA pero no entiendo que esto se haya convertido en un asunto tan importante solo… ¿por qué, porque yo he decidido descansar un par de partidos? Cuando los periodistas le aseguraron que se trataba de un asunto más amplio y de mayor calado, LeBron se ciñó a su primera versión: el problema es él. “Es así, absolutamente esa es la causa del problema. Y lo sabéis todos”.

“Popovich lo lleva haciendo diez o quince años y todo el mundo dice que es lo más inteligente que ha hecho en su vida. Pero no todos los entrenadores tienen ese estatus, y ahora no tienen que criticar al nuestro como lo están haciendo”. Los Spurs, pioneros en la administración pública y nada disimulada de estos descansos, ya recibieron en 2012 una multa de 250.000 dólares. Pero LeBron no quiere ni escuchar que los propietarios pueden tener voz y voto en un tema que considera puramente deportivo: “Pero si hay propietarios que ni están al tanto del día a día del equipo. Algunos están ahí solamente porque están, ¿qué sentido tiene?

Los Cavaliers, precisamente, están 0-6 en los partidos en los que no ha jugado LeBron. En tres de esos partidos tampoco han jugado Irving y Love. Pero al que el público quiere ver es, sobre todo, a él. En el Staples, y mientras los Clippers pasaban el rodillo por encima de la versión B del campeón, la grada coreaba “we want LeBron”. La gente quiere a LeBron, en el pabellón o en la tele. Pero cuando ahora viene otro tramo duro de calendario (cuatro partidos en seis días que acaban con visita a San Antonio), justo a las puertas de los playoffs, y a LeBron le preguntan si Lue les volverá a dar descanso, su respuesta no puede ser más irónica ni más significativa de cómo están ahora mismo las cosas: “Ni idea, preguntad al propietario”.