El plan B

Muchos criticaron la decisión de Mario Salas de disponer un equipo con varios suplentes en el clásico universitario. Son los mismos que después afirman, repitiendo como un rezo que no se cuestiona, que los planteles son los que pelean los campeonatos y no las formaciones reducidas. Una incongruencia que salta a la vista.

La UC le ganó a la Universidad de Chile con una formación que muchos criticaron de antemano. Pero resulta que esos futbolistas le habían hecho cinco goles a O’Higgins en la fecha anterior y ahora le anotaron tres a la U, que llegaba a este lance como uno de los líderes de la competencia. Ocho goles a favor en dos juegos. Nada de mal para una formación que muchos miraron con desdén.

Uno de los grandes errores de quienes estamos fuera de la cancha es analizar el partido que nosotros queremos que se juegue y no el que se está disputando en cancha. Si yo creo que tienen que jugar siempre los mismos jugadores, todos los torneos paralelos, es una posición muy cómoda. Difícil de criticar, porque en apariencia eso es subir la vara de la competencia. Impecable. Pero la realidad a veces nos indica otra cosa. Y esa condición la conocen solo quienes están a cargo de los planteles. Los entrenadores. Ellos saben quiénes son los futbolistas que llegan heridos. Los que anímicamente están bajos. Los que pasan por buenas o malas rachas. Eso que es invisible a los ojos y que va más allá de la estadística.

Mario Salas tiene buen plantel. Si tuviera menos jugadores o de menor calidad, quizás rotaría menos. Pero resulta que suplentes como Costanzo, Espinosa, Gutiérrez, Lobos, Manzano, Bravo, podrían ser titulares en cualquier equipo del torneo chileno. No es un pecado entonces, usarlos en partidos de verdad, como un clásico.

A la U le pasaron todas las que le pueden pasar. Arrancó jugando mejor. Abrió la cuenta. Pero antes de terminar el primer tiempo ya había realizado dos cambios obligados por lesiones de Jara y Lorenzetti. Angel Guillermo Hoyos se quedó sin margen de maniobra. Y el segundo gol de los cruzados presenta varias dudas en cuanto a las posiciones reglamentarias de Espinosa y Gutiérrez. No pasaron ni cinco minutos y Fuenzalida liquidó el juego cuando los azules aún sufrían por el segundo gol.

Nadie se baja de la pelea. La UC ganó mucho más que un partido especial. Se metió en una disputa en la que no estaban invitados. Sigue en Copa Libertadores. Al menos un par de jugadores demostraron ser opciones reales. Guste o no, colectivamente Católica juega mejor con Roberto Gutiérrez que Santiago Silva. Por forma de juego. Por adaptación al sistema. Por apertura de espacios. Por coordinación con los compañeros. Y Carlos Espinosa pertenece a ese grupo de jugadores que rinde mejor cuando viene de atrás. Puede jugar bien o mal, pero es un futbolista confiable.

La U no se baja de la pelea. Pero ya no depende de sí misma.

Colo Colo lo mira de reojo. Iquique no se despega del lote de arriba. Everton y la Universidad de Concepción no están lejos. El campeonato más corto del mundo se encendió.