Arcos
El Mundial de los picados
No tengo nada de italiano. No tengo ancestros italianos. No me creo italiano. No parezco italiano. Me gusta el cine italiano y la música italiana. Y las pastas. A quién no. Y me gusta el fútbol italiano. Defenestrado por muchos, tapizado en la caricatura de lo defensivo, el balompié de la península es mucho más que el catenaccio.
Como muchos de quienes leen, nunca he visto un Mundial sin Italia. Hay dos países que nunca me lo imaginé fuera de una Copa del Mundo. Italia y Brasil. Representan las caras distintas de un juego que al final busca lo mismo. Con el paso de los años comprendí que Brasil no era tan Jogo Bonito y los italianos no eran tan defensivos.
Siempre hubo un crack italiano para mirar. Del primer mundial que tengo leve memoria es España 82. Italia campeón del mundo. El héroe era Paolo Rossi, pero a mí me gustaba Bruno Conti. Pelilargo, veloz, pichanguero y de la Roma. En el 90 tenían cara de campeones. Baggio, Bergomi, Zenga, Giannini, Vialli, Toto Schillachi. Quedaron terceros. El primer Mundial que cubrí fue Alemania 2006, con la azzurra levantando el trofeo de campeón. Cannavaro, Buffon, Pirlo, Gattusso, Zambrotta, Totti, Del Piero, Gilardino, Toni, Iaquinta.
Ahora Italia se quedó fuera del Mundial. Y fue merecido. Porque ya no tienen futbolistas a la altura de los crack mencionados. Porque hizo una discreta eliminatoria y porque Suecia jugó mejor el repechaje. Leo la prensa italiana y aparte de despedazar a los jugadores y cuerpo técnico, los cronistas esgrimen razones para explicar la catástrofe: el bajo nivel el torneo local en comparación con otras ligas europeas, la contratación de extranjeros de segundo orden y el poco trabajo en las divisiones menores. Diagnóstico extremadamente similar a la eliminación chilena.
Podríamos hacer un Mundial con los picados. Aquellos buenos equipos que mirarán la fiesta de Rusia 2018 desde lejos. Seríamos cabeza de serie. Chile, Italia, Holanda, Estados Unidos, Camerún. Y varios más. Lo hacemos en paralelo, en Europa, con buenos estadios, accesos rápidos, trayectos cortos. Vendemos los derechos de televisión. Y tras la primera fase del Mundial, los ilustres que no pasen a segunda ronda se van a jugar nuestro campeonato.
Sería un golazo. Dijo el picado.