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Y ahora quién podrá defendernos

Manuel Pellegrini dijo que no. Era esperable por varias razones. Tiene contrato con el Hebei Fortune de China, donde esta realizando uno de esos trabajos que le agradan al Ingeniero: una misión fundacional en un club que pretende sentar las bases de un trabajo a futuro. La liga oriental se fijó como objetivo ser potencia mundial en la próxima década. Recursos económicos no le faltan.

Además Pellegrini no encontró las condiciones para trabajar. Muchos creían que su cercanía con Arturo Salah bastaba para sentarse en la banca chilena. El Ingeniero sabe que al actual directorio de la ANFP le queda un año en la testera y que después deberá afrontar elecciones, donde el Consejo de Presidentes sigue compuesto por la mayoría de los dirigentes que sacaron a Mayne Nicholls y a Bielsa, los mismos que pusieron a Jorge Segovia y luego a Sergio Jadue. Sabe Pellegrini que no sería descabellado que en caso de asumir en la Roja, pronto podrían cambiar sus interlocutores y la sintonía con ellos sería, por lo menos, incierta.

Es ahí donde el fútbol chileno aún carece de una estructura que supere la pelea chica, la política partidista, la discusión temporal. Como lo hizo España, Alemania, Inglaterra, un estamento que fije los lineamientos de las diferentes selecciones. Que no dependa del pulgar arriba o abajo de los dirigentes de clubes, sino de parámetros que vayan más lejos. No tenemos esa figura y parece que a nadie le interesa mucho impulsarla.

El tema es que Chile sigue sin entrenador y los nombres que surgen no se parecen entre sí. ¿En qué se parecen Manuel Pellegrini, Gerardo Martino, Marcelo Gallardo, Reinaldo Rueda o Mario Salas? En nada, salvo que sus nombres surgen como eventuales candidatos para reemplazar a Juan Antonio Pizzi. Todos nombres propios con pergaminos innegables, pero con visiones distintas del juego. Lo que no tiene nada de malo, pero sólo refleja que el famoso perfil no es más que un eslogan, un lema, porque al final el único perfil que vale son los resultados, en la mayor parte de los casos.

Qué queremos. Para dónde vamos. Cómo queremos conseguirlo. Responder eso es esencial antes de definir un entrenador para la selección chilena.