Bottas gana la última carrera de la F1 2017 en Abu Dhabi
El finlandés dominó la carrera de principio a fin y perdió el subcampeonato en favor de Vettel, tercero. Hamilton fue segundo.
Bikini rojo, gafas de sol oscuras Gucci, móvil en la mano para hacer mil fotos, a su lado bailan otras dos chicas guapas y unos cuantos hombres con la camisa desabrochada y zapatos de ante en el yate de la derecha mientras suena Camila Cabello, Havana, ooh na-na se escucha con el volumen a tope. Alguien pone un poco de cordura y hace callar el equipo de sonido, faltan pocos minutos para que los coches rueden en el gran premio del año en el que menos importan los coches, los pilotos… Abu Dhabi, tierra de escenarios de cartón piedra donde venir a ver y ser visto, a lucir gafas de pasta roja como Lapo Elkam, pelo cano y barba de plata como Flavio Briatore o camisa amplia de rayas y Nike blancas de tenis como Maria Sharapova… por ejemplo.
Aquí se viene a seguir haciendo negocios o a cenar con amigos y apoyar a sus pilotos, Rey Juan Carlos I dixit. Es increíble como las gradas y los hoteles de alrededor lucen llenos y brillantes en la última carrera del año en la que todo está decidido hasta quien iba a ganar después de que Valtteri Bottas lograse la pole por delante de Lewis Hamilton. Si el finlandés salía primero de la primera curva tenía la victoria asegurada y la posibilidad ínfima de ser subcampeón asegurada. Solo eso. Porque Sebastian Vettel, en el circuito en el que pasó de niño a campeón, terminó tercero y subcampeón por primera vez en sus tres años con Ferrari. Quédate, le decían a Alonso… y serás campeón. Quizá, quizá él sí, pero no Vettel. O quizá tampoco. ¿Quien sabe? Aunque son muchos los que lo dicen, incluso vestidos de rojo.
Tampoco tiene mucho que sonreír aún el asturiano, doblado por los Mercedes con los que pretende luchar el próximo año. Mucho camino, mucho, demasiado aún por andar para llegar al destino soñado. Fernando acabó el año en los puntos, noveno cuando salía undécimo tras abandonar Ricciardo y pasar a Massa en la salida, ver como el brasileño volaba por encima de su McLaren con el motor Mercedes de su Williams en la primera vuelta y prepararse el adelantamiento después de la salida de boxes para acabar haciéndolo por rebufo y marcharse en busca de un imposible Esteban Ocon. Noveno. Y decimoquinto en el Mundial con once abandonos. Diecisiete puntos. Fernando. Alonso. Necesitamos mucho más.
Como más y mejor necesita Carlos Sainz de su equipo. El madrileño iba camino de luchar por el puesto con el asturiano cuando al entrar a boxes le ajustaron mal la rueda delantera izquierda y tuvo que abandonar previa demostración de habilidad y talento en el túnel de salida de boxes. Hasta la tuerca en su hoja de ruta hacia el título como su mentor astur. ¿Recuerdan Hungría 2006? Mucho también que mejorar para Renault y sus motores, esos en los que confiamos para el próximo año.
Más allá de la lucha de Alonso y Massa, el abandono de Sainz, la batalla que no fue entre Bottas y Hamilton y la lucha entre Stroll y Grosejan al principio poco más, salvo que al final Verstappen (no podía faltar el holandés por estas líneas) lo intentó contra Raikkonen y su Ferrari. Le faltaron vueltas.
Igual que quizá a este campeonato le sobraron carreras. Termina ya. Por fin. Hasta siempre 2017, con Hamilton campeón, Ferrari perdiendo una oportunidad, Alonso de abandono en abandono hasta la esperanza final y Sainz ya donde debe estar antes de tiempo. Que llegue ya el próximo año. Por favor. Que todo sea mejor. Más bonito… Todo esto pasa, mientras se hace de noche en Abu Dhabi y en el yate de la derecha, junto al paddock, vuelve a sonar la música. Havana, ooh na-na…