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AS MEMORIA

El ídolo de Pelé y la selección brasileña que se retiró en Audax

Mucho antes que Abreu, otra figura mundial reforzó a los itálicos. Deslumbró a todos en Flamengo, fue el mejor jugador en un Mundial, y dejó su última huella en Chile.

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El ídolo de Pelé y la selección brasileña que se retiró en Audax

Ahora que Sebastián Abreu acaba de llegar a Audax Italiano, recordamos una historia similar que ocurrió en 1961, cuando un brasileño llamado Thomaz Soares da Silva, Zizinho, llegó a reforzar a Audax Italiano a casi la misma edad del 'Loco': 39 años.

Zizinho también traía una larga historia en sus espaldas. Durante la década del 40 y 50, se transformó en una estrella del fútbol sudamericano con la camiseta del Flamengo y la selección brasileña, y quienes lo vieron jugar lo definían como el jugador más completo antes de Pelé.

Por algo lo llamaron el Mestre, y el propio O Rei lo tuvo como su ídolo. "Zizinho era completo. Tanto jugaba en la mitad de la cancha como en el ataque. Era ofensivo y sabía marcar. Y no tenía miedo de la cara fea de sus rivales", lo describió en una entrevista.

Nadie le podía quitar la pelota. Nadie pudo. Pero Zizinho también cayó. Su década dorada en la selección, la delantera histórica que formó el 45 con Tesourinha, Heleno, Jair y Adhemir, tuvo un triste final en 1950, cuando Uruguay le ganó 2-1 en el Maracaná y le arrebató el Mundial ante 200 mil personas.  

Ni siquiera el premio al mejor jugador de la Copa del Mundo lo levantó. Tampoco las comparaciones posteriores con Pedernera, Moreno, Di Stéfano, Kubala y Suárez. "El 2000, al conmemorarse 50 años, Zizinho aceptó tras muchos ruegos evocar el tema, pero las lágrimas afloraron y, derrotado, se disculpó entre sollozos, dio media vuelta y se esfumó con la misma velocidad que empleaba para llegar a la portería contraria", escribió El Mundo en su despedida.

Cuando llegó a Audax a comienzos del 61, Zizinho no tenía la misma velocidad, ni el recorrido, pero mantenía la esencia, la alegría de una gambeta, la capacidad para avergonzar a los defensas. "Hay dos cosas que no he perdido: el estado físico y lo que llegué a saber de fútbol. Creo que con las dos puedo defenderme en cualquier parte. Si no fuera así no hubiera venido", dijo en su presentación.  

Con 40 años, entregó sus últimos destellos en las canchas chilenas y luego se despidió para volver en silencio a Río de Janeiro. Jugó 16 partidos en Audax, convirtió tres goles y dejó frases como ésta. "Creo que una de las cosas fundamentales del fútbol es hacer las cosas con tranquilidad. A menudo se confude la rapidez con apuro. Asegurando el pase, dominando bien el balón, usted gana tiempo: lo pierde queriendo hacer todo a 100 kilómetros por hora".

Así jugaba Zizinho. Así se fue.