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DURA HISTORIA

La oro paralímpico Marieke Vervoort pide su eutanasia

Oro y plata en Londres 2012 y plata en Río 2016, la atleta belga explica que "no quiero sufrir más, esto es muy difícil para mí"

Actualizado a
La oro paralímpico Marieke Vervoort pide su eutanasia

La historia de Marieke Vervoort es una de las más duras del deporte. Y por desgracia acabará pronto, por expreso deseo de la atleta paralímpica belga de 38 años, que ha solicitado su eutanasia.

Cuando apenas tenía 14 años, los médicos le diagnosticaron una tetraplejía progresiva incurable, que ha ido haciendo que su estado empeore día a día durante todo este largo y complicado recorrido.

Desde tan temprana edad empezó a sufrir desmayos frecuentes y dolores en las piernas, que tiene que tratar con fuertes medicamentos. Pese a todo ello, encontró en el deporte una vía de escape, y luchó tanto que alcanzó el éxito.

El deporte, su vía de escape al dolor

En el 2009, cuando apenas tenía 30 años, ya se refirió por primera vez a su deseo de solicitar la eutanasia, pero aclaró que lo haría cuando su estado físico no le permitiese competir. En ello centró sus esfuerzos día a día, y logró su billete a los Juegos Olímpicos.

En Londres 2012 asombró ganando el oro y la plata encima de su silla de ruedas e impulsada por sus brazos en las categorías de 100 y 200 metros, respectivamente. Y, sobre todo, ganó el ánimo suficiente para seguir adelante.

Marieke Vervoort con su medalla en Río 2016
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Marieke Vervoort con su medalla en Río 2016

Pese al agravamiento progresivo de su enfermedad, en 2015 se proclamó campeona del mundo en Doha de los 200 metros, con una marca de 35,9 segundos que la dejó a sólo dos centésimas del récord europeo.

Su esfuerzo no se detuvo, y el pasado verano del 2016 repitió en su segunda cita olímpica. Antes de llegar a Río de Janeiro, sorprendió declarando que "Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio. Comienzo a pensar en eutanasia". Y nuevamente triunfó, con una medalla de plata en los 400 metros.

De plata olímpica al peor de los sufrimientos en meses

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 supusieron su adiós deseado a la competición. Y por desgracia, el comienzo de un progresivo empeoramiento que se ha agravado notablemente en los últimos meses.

"No quiero sufrir más, esto es muy difícil para mí, cada día me deprimo más y más. Nunca tuve estos sentimientos pero no puedo más", ha declarado a The Telegraph, tras explicar su situación límite.

Marieke Vervoort lleva meses ingresada en el Hospital Universitario de Bruselas, su cuerpo está paralizado hasta el pecho y sus dedos cada vez la obedecen menos. Desde septiembre, ha perdido parte de la visión, no logra dormir más de cuatro horas seguidas y apenas puede comer.

Su perro, entrenado para despertarla si sufre un ataque epiléptico, siempre a su lado
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Su perro, entrenado para despertarla si sufre un ataque epiléptico, siempre a su lado

Los médicos, como ella misma explica, no pueden ayudarla más: "Un neurólogo se quedó conmigo toda la noche mientras tuve un espasmo tras otro. Él dijo que no eran ataques epilépticos, sino sólo que mi cuerpo ya gritaba: 'He terminado'".

Se le aplicará la eutanasia en este 2018

Si antes de Río 2016 explicó que simplemente "todavía no era el momento de morir", tras ganar su medalla declaró en la rueda de prensa que "cuando llegue el momento, cuando tenga más días malos que buenos, entonces tendré mis papeles de eutanasia, pero ese momento aún no ha llegado".

Ahora, Marieke Vervoort ha decidido decir basta a su sufrimiento. Bélgica legisló la eutanasia en el año 2012, y dado que la atleta ha cumplido con todos los requerimientos legales, dos médicos ya han firmado los documentos que avalan su petición.

Su determinación es firme, y sabe que el encargado de sumirla en su último sueño será el doctor Wim Distelmans, que le ha salvado la vida varias veces en los últimos meses. Sólo queda por designar el día en que ocurrirá: "Es muy difícil conseguir una fecha, siempre que les hablo, me dicen: '¿Estás segura, Marieke? ¿Realmente estás segura?'".