LeBron comanda el segundo gran golpe de sus nuevos Cavaliers
En una batalla de poder a poder, los Thunder no pudieron con la energía y el acierto de los nuevos Cavaliers. Nance, Hood, Clarkson... Otra película.
Impresionante. Hay que empezar por ahí. Después de arrasar en Boston en su primer partido, los nuevos Cleveland Cavaliers viajaron a Oklahoma City para jugar en una de las canchas más duras de la NBA y contra un equipo que recuperaba para el partido a Russell Westbrook y a Carmelo Anthony. Escenario e ingredientes de partido grande. Y fue aún mejor.
LeBron no solo tenía que empujar a su nuevo equipo hacia una nueva victoria, sino que tenía que vengar al viejo por lo que pasó en Ohio el pasado 20 de enero (matanza en The Q). Y consiguió las dos cosas. Porque estos Cavaliers no se parecen a aquellos ni en el blanco de los ojos. Porque no se parecen ni siquiera en el propio LeBron.
Energía, piernas, hambre, acierto... Esto es otra película. De tú a tú desde el principio, fuera de casa y ante uno de los grandes de la conferencia oeste. Encendió la mecha JR Smith (4/4 en triples en un primer cuarto que es su cuarto últimamente) y LeBron abrió la primera brecha (anotó 14 puntos en cinco minutos de tercer cuarto, tirando de fade away, a una pierna, desde el triple...), pero por segunda vez en dos partidos, la diferencia fueron los nuevos.
Clarkson cambió el ritmo del partido en cuanto pone un pie en la cancha. Aumenta las revoluciones, encuentra ventajas en la velocidad, resuelve en uno contra uno y está ejecutando al mejor nivel de su carrera (14 puntos, 6/10 en los tiros, cuatro asistencias y el triple definitivo, tras palmeo hacia fuera de Nance). En racha, vamos.
Hood se aplica en defensa (ojo a esto que puede ser clave para el equipo). Metió las manos por detrás, toca balones, recupera y mata desde el triple en catch&shoot y tras bote (4/8 vs OKC para 14 puntos). Hill ordena, hace de estabilizador, espera en la esquina, defiende lo que toque y no pierde/no perdió un solo balón. Y Larry Nance... Larry Nance puede ser el interior perfecto para estos Cavs. Cubre las necesidades básicas (defensa multiposicional, protección de aro, rebote ofensivo...) y ofrece mucho más (mucho, mucho más que Tristan Thompson desde luego): piernas, continuaciones, transiciones, garra, finaliza por encima del aro... Estuvo de 10 contra los Thunder: ocho de sus nueve rebotes fueron en ataque, tocó todos los balones, y acabó con 13 puntos y unas cuantas medallas en el barro.
Todo funciona. Y funciona contra grandes equipos. Paul George acabó con 25 puntos y repartió seis asistencias, Carmelo regresó con 24 tantos (siete rebotes, un tapón... Bastante acertado), a Westbrook le faltó su habitual extra de energía (21+7+12, 7/19 en los tiros), Abrines fue titular y cumplió pese a no anotar en sus 23 minutos en pista y Steven Adams fue un auténtico coloso bajo los tableros (22+17, 12 rebotes ofensivos: récord personal y récord de la franquicia). El gran pero de unos Cavs casi perfectos en otras facetas. Un pero complicado de resolver... Hablamos del mejor reboteador ofensivo de toda la NBA.
Cómo ha cambiado la película, Cleveland.