Tenis
Las nuevas marcas que Nicolás Jarry busca batir en la ATP
El chileno se metió en el Top Ten en el ránking nacional histórico pero va por más. Estos son los próximos desafíos de la Torre en el circuito más duro del tenis mundial.
El inicio de Nicolás Jarry en este 2018 ha sido tan frenético que en dos meses ha quebrado varios récords y rachas del tenis nacional. Con su semifinal en Río de Janeiro, la Torre cortó una racha de ocho años sin un chileno en esa instancia de un ATP 500. El último había sido Fernando González en Acapulco, cuando perdió ante David Ferrer.
Además, Jarry se instaló entre los 10 mejores chilenos en la historia del ránking ATP. Con su puesto 73, igualó a Jaime Pinto en el décimo lugar en una tabla que completan Marcelo Ríos (1), Fernando González (5), Nicolás Massú (9), Hans Gildemeister (12), Jaime Fillol (14), Pedro Rebolledo (36), Ricardo Acuña (47), Patricio Cornejo (65), Belus Prajoux (66).
Actualmente es uno de los 12 jugadores más jóvenes que están mejor rankeados en el mundo. Alexander Zverev (20), Andrey Rublev (20), Karen Khachanov (21), Denis Shapovalov (18), Borna Coric (21), Daniil Medvedev (22), Jared Donaldson (21), Frances Tiafoe (20) y Hyeon Chung (21) son los tenistas que lo superan en posición y que tienen menos edad que él.
En Sao Paulo, el número uno de Chile podría meterse en el Top 70 si supera a Dusan Lajovic en el debut. Con su nuevo estatus en el circuito más importante del mundo, aseguró su ingreso directo a Roland Garros, su segundo Grand Slam consecutivo. Ese será uno de sus nuevos desafíos: poder ganar en un cuadro principal de un major. De no ocurrir una catástrofe, su participación en Wimbledon también estaría confirmada.
Antes, eso sí, participará de la Qualy del Masters 1000 de Indian Wells, donde buscará ingresar por primera vez a un Main Draw por sus méritos, debido a que en Miami 2016 jugó por una invitación.
Otra de las metas de Jarry será alcanzar una final ATP, hito que un chileno no logra desde 2009, cuando Fernando González ganó en Viña al argentino José Acasuso.
En apenas dos meses, Jarry pasó de pensar en objetivos pequeños y graduales a hacerlo en grande.