Superlunes

Este lunes es el denominado Superlunes. Los medios lo bautizaron de esa forma. Lejos de llamar a la calma, el rimbombante nombre parece un estado de alerta. La mayor parte de los niños regresan al colegio. Los más grandes a la universidad. Se acaban las vacaciones. Todo vuelve a la rutinaria normalidad.

Superlunes para Reinaldo Rueda. Más allá de los nombres escogidos, interesante ponerle atención a los “micro-ciclos”, como llama el colombiano a los trabajos que va a iniciar con un grupo de jóvenes jugadores. No es una nómina para los amistosos de fin de mes. No significa que los jugadores que no aparecen en este grupo no aparecerán en la convocatoria final. ¿Para qué sirven los micro-ciclos? No lo sabemos aún. Démosle el margen a un entrenador que ha demostrado seriedad y prudencia, que fue criado futbolísticamente en Alemania, donde este tipo de procesos se realizan con frecuencia. Y los alemanes algo saben de esto.

Superlunes para Colo Colo y la Universidad de Chile. Más allá del análisis que deje la fecha, ambos se enfocarán en Copa Libertadores. El fin de semana no hay fecha local por el cambio de mando presidencial, por lo que su próximo paso será en el certamen continental. Los albos visitarán a Bolívar en La Paz, un reducto siempre complejo. Los bolivianos crecen en la altura, no sólo por los 3.800 metros. Adquieren una confianza que reflejan muchas veces en la cancha. Aunque a Pablo Guede le moleste, Colo Colo tiene un plantel de jugadores experimentados, veteranos. Pero también cuenta con jóvenes dispuestos a ponerse el overol. Será un tablero de ajedrez para el entrenador argentino escoger los once, sobre todo después de perder en el debut contra Nacional de Colombia.

La U debutará con Vasco de Gama en un grupo que en el papel aparece como muy difícil. Además están Cruzeiro y Racing. El equipo de Hoyos ha ganado en solidez defensiva, pero el espejismo del torneo local a veces nos lleva a sacar conclusiones que se esfuman en el terreno internacional. La diferencia de ritmo te saca una ventaja que la calidad cierta de los jugadores muchas veces no alcanza a suplir.

Superlunes para Nicolás Jarry. Pocos anticipaban un arranque de año tan provechoso para el número uno de Chile. Perdió en la final del ATP de Sao Paulo, pero lo que ha ganado en las últimas semanas es mucho más que lugares en el ranking. Ganó en confianza, en fuerza mental. Y ganamos nosotros, los espectadores, que volvimos a sentir esa necesidad de buscar una señal para ver jugar al nieto de Jaime Fillol. Como en antaño. Un golpe a la nostalgia.

Dicen que este lunes es superlunes. Enhorabuena. La rueda se sigue moviendo. Sólo hay que seguirla con atención, para no perderse.