UNIVERSIDAD DE CHILE
Las 4 claves futbolísticas del gran momento que vive la U
Los azules registran seis triunfos en los últimos duelos y todo es producto de algunas variantes tácticas que dieron de lleno en los puntos bajos del equipo.
No fue bueno el comienzo de Universidad de Chile en el Torneo Nacional. Los azules cayeron por 2-1 contra Unión Española en el Nacional, por la primera fecha, y algo en su consistencia de juego indicaba que el funcionamiento era inadecuado.
Después, el elenco dirigido por Ángel Guillermo Hoyos visitó a Iquique, bajo extrema presión a raíz de la baja imagen que dejaba en la cancha, y venció por 2-1. Desde entonces, ha ganado todos los partidos (incluido el 1-0 ante Vasco da Gama en la Libertadores) y dejó en el olvido la crisis futbolística. En la evidente mejoría, cuatro factores han sido clave en los universitarios.
Defensa con cinco hombres
La U era un equipo muy permeable. Continuamente pillaban al elenco azul muy disperso en la cancha y sufría el arco de Johnny Herrera. Faltaba aglutinar más hombres en la última línea con el objeto de recudir los espacios.
La introducción de un quinto elemento en el eje de la zaga cumplió con esta exigencia y el equipo se tornó más solvente. Se mantuvieron los dos centrales y se agregó otro (Rodrigo Echeverría) garantizando la superioridad numérica.
Ida y vuelta veloz
La transiciones (pasar de ataque a defensa y viceversa) hasta hace poco eran todo un tema en la U. El equipo se veía aletargado en su ir y venir en el campo de juego. Esto atentaba en contra de la custodia de su portería (con Jara y Vilches retrocediendo solos ante un ataque en bloque adversario) y también en contra de un rápido posicionamiento para sorprender al rival una vez recuperado el balón.
Ahora es distinto. Sin la pelota, el equipo se junta rápido detrás de esta para presionar en conjunto. En ataque y construcción, la oncena se amplia con celeridad para garantizar una circulación eficiente y agresiva, sobre todo por las bandas.
Apareció el '10' azul
Ángelo Araos ha sido una gran irrupción en los buenos tiempos de los azules. Se extrañaba esa conexión del sector medio con la línea ofensiva, ya que atacar se había vuelto casi únicamente en avanzar por las orillas y buscar con centros a Pinilla.
Hoy, el enlace lo gestiona en buena forma el joven antofagastino. Su movilidad es lateral en la cancha e intenta recibir a los costados de los volantes centrales rivales. Recepciona el balón siempre perfilado y queda de frente al arco oponente, matizando entre la conducción y el pase penetrante para la profundidad ofensiva.
El progreso de Pinilla
El ariete de los azules ha ido de menos a más en lo que va de la temporada. Comenzó con hartas dudas en cuanto a su nivel de desempeño, pero ahora empieza a gravitar en lo suyo. Retiene el balón y aguanta la marca con éxito permitiendo la aproximación de las otras líneas.
A la hora de defender, es el primero en hacerlo, correteando a los zagueros y volantes centrales rivales. Con esto complica la construcción de juego oponente y se ven beneficiados los que mayoritariamente defienden. Dejó de estar al debe en la faceta goleadora (suma cuatro conquistas) y en la medida que mantenga el progreso su mayor presencia en el marcador será una consecuencia lógica del mejor juego.