¿Lennon o McCartney?
A veces somos muy simples. En vez de entrar en una discusión de fondo resumimos el debate a un asunto binario. Elegir entre dos opciones que muchas veces no solo no se oponen, sino que son complementarias.
A Reinaldo Rueda le preguntaron por Arturo Vidal y Claudio Bravo. Si uno lee la entrevista en El Mercurio, la interrogante viene tras una serie de consultas del mismo estilo: ¿Ronaldo o Messi? ¿Menotti o Bilardo? Y el técnico responde lo que piensa. Ejercicio impecable. El problema es la interpretación que el medio hace de las palabras del colombiano.
Desde un punto de vista táctico, el entrenador resalta las bondades de Vidal, uno de los mejores volantes del mundo. No descarta al arquero en ningún momento. Respuesta lógica. La confusión nace cuando Rueda resalta el carisma y liderazgo de Arturo Vidal dentro del camarín, radiografía curiosa considerando que lleva poco al frente del grupo y que nunca ha contado con todos los jugadores a disposición.
Hasta hace no mucho se cuestionaba el historial de indisciplinas de Vidal. Era el mismo medio el que acusaba al volante del Bayern Munich de actitudes poco correctas y más de alguno se atrevió a hablar de adicciones. ¿Rueda perdonaría lo que perdonó Jorge Sampaoli? Y no fueron pocos los que criticaron con dureza al argentino por mantenerlo en la Roja tras su accidente en plena Copa América 2015.
Fue el propio Rueda, tras reunirse con Bravo en Inglaterra, quien lo confirmó como capitán del equipo. Algo se rompió después de eso. Las palabras del técnico no ayudan demasiado a unir a un vestuario golpeado por la eliminación mundialista. Quizás el objetivo del colombiano tampoco sea ese. Al contrario, quizás quiere establecer un nuevo comienzo, donde algunos históricos deberán ceder su espacio. Es facultad del entrenador. Para eso lo trajeron. Y por eso lo escogieron. Por su recorrido y su carácter.
¿Lennon o McCartney? Ambos. No es posible concebir a The Beatles, la banda más grande de la historia, sin la presencia de los dos genios musicales del siglo XXI. No se repartían de manera estructurada las tareas. Hay canciones de John gloriosas y temas de Paul legendarios. En algunos uno escribía la letra, el otro la melodía y viceversa. Sus carreras en solitario entran en otro cajón. Juntos eran mejores que nadie.
Ponga los ejemplos que usted quiera: ¿Mick Jagger o Keith Richards? ¿Robert Plant o Jimmy Page? ¿Abbot o Costello? ¿Iván Zamorano o Marcelo Salas? ¿Jaime Fillol o Pato Cornejo? ¿El Indio o el Flaco?
¿Vidal o Bravo? Los dos. Obvio. No somos tan buenos como para perdernos a uno.
PD: Prefiero a George Harrison. Pero ese sería un tema para otra columna.