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Hacer equipo

El empate contra Polonia fue el último experimento de Reinaldo Rueda para probar jugadores. Estos pleitos nos sirven también para sacar conclusiones sobre sus predilecciones tácticas.

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ANDRES PIÑA/PHOTOSPORT

Hay dos denominaciones que los medios usamos con demasiada frecuencia, casi como una obsesión. Nos encantan. Una es la “generación dorada”. Forma simple para calificar a un equipo abundante en aptitudes y valores. La otra es el “recambio”. Llamamos así al tránsito entre la mencionada generación y los nuevos nombres que ocuparán su lugar. En esta gira por Europa de la Selección, hemos escuchado y leído estos conceptos hasta el hartazgo.

Lo cierto es que el empate contra Polonia fue el último experimento de Reinaldo Rueda para utilizar jugadores que tenían pocos partidos en la Roja. Estos pleitos nos sirven también para sacar algunas conclusiones sobre las predilecciones tácticas del entrenador.

Gabriel Arias tomó ventaja como alternativa. Sigo pensando que Claudio Bravo está escalones más arriba que cualquier arquero chileno, incluso con poca actividad en el Manchester City. La variante natural era Johnny Herrera, pero el arquero de la U es incluso mayor que Bravo. Arias, con 29 años y un recorrido respetable, tiene las condiciones para ser considerado.

Para el técnico, Paulo Díaz es lateral. No hizo un buen partido contra Polonia, pero es un jugador que puede jugar en los cuatro puestos de la defensa. Al colombiano le gustan los zagueros centrales altos. Roco y Maripán parecen tener ventaja. El carril izquierdo es una incógnita. Albornoz entró encendido contra los polacos, tiene potencia y juego aéreo, pero en la comparación con Beausejor no saca una gran ventaja. Es un puesto complejo en variables.

El entrenador juega con dos volantes de marca. Uno piensa en nombres como Medel, Aránguiz, Reyes, Pulgar. En el caso de los externos, los que más jugaron en la gira fueron Fernandes y Sagal. Uno supone que uno de esos puestos es para Alexis Sánchez, quien puede moverse por cualquiera de las dos bandas. En la salida debería jugar Arturo Vidal, aunque el crack del Bayern Munich también podría ser opción viviendo de atrás, junto al volante central. Diego Valdés reúne las características que agradan a Rueda. También está Araos como opción. Arriba, por características físicas y colectivas, los caminos conducen a Nicolás Castillo. Dependerá de él no devolver la camiseta de titular. Vargas, Mora, Pinilla aparecen con más o menos chances.

Después del Mundial Chile tendrá cuatro partidos antes que termine el 2018. Es probable que esas nóminas y esas formaciones se parezcan mucho más al ideal que tiene Reinaldo Rueda en la mente. El colombiano no se pierde. Sabe que viene la Copa América de Brasil el próximo año, pero tiene claro que el objetivo central es clasificar al Mundial de Qatar. Para allá van los tiros. Hacía allá irán orientadas sus decisiones futuras.