El escándalo en Marruecos por el lesionado Nordin Amrabat
Actuó en la caída contra Portugal cinco días después de recibir un golpe en la cabeza ante Irán. La sugerencia de la FIFA es reposo de seis días.
La intervención de Nordin Amrabat en el partido contra Portugal despertó polémica en la federación marroquí con los responsables médicos de la FIFA y el sindicato mundial de futbolistas FIFPro.
Amrabat sufrió un traumatismo craneano en el duelo contra Irán del pasado viernes y, cinco días después, fue titular contra Portugal. El protocolo recomienda que los futbolistas guarden seis días de reposo antes de retomar la actividad deportiva. Amrabat ingresó salió de titular con un casco del que se desprendió pasado un cuarto de hora del partido.
Marruecos reconoció ante el presidente de la Comisión de Medicina de la FIFA, el belga Michel D'Hooghe, que se saltó el protocolo para que Amrabat jugará el segundo partido del Mundial. El médico de la selección marroquí, Abderrazak Hifti, tomó la decisión de permitirle jugar presionado por el propio futbolista, quien llegó a sufrir una pérdida de memoria en el lance.
El protocolo tan solo recoge recomendaciones y ni obliga a los médicos ni recoge ningún tipo de sanción por no cumplirlo. Sería "un ataque a la libertad médica del doctor del equipo" dijo D'Hooghe al Daily Telegraph. "Él tiene responsabilidad exclusiva sobre sus jugadores", añadió. D'Hooghe remitió una carta a los responsables médicos de Marruecos en las que les acusó de incumplir otros puntos del protocolo en la asistencia inmediata a Amrabat sobre el césped.
El incidente también ha generado críticas por parte de FIFPro. El sindicato mundial de futbolistas emitió un comunicado en el que, "de acuerdo con las recomendaciones médicas", criticó que "Amrabat retomara a la actividad demasiado pronto". FIFPro lamentó que "cuatro años después del desastre del último Mundial, cuando varios jugadores no recibieron los cuidados adecuados, el futbol no haya hecho suficientes progresos en el tratamiento de las conmociones. Las demandas para implantar estándares de primera categoría han sido ignoradas".
En la final del Mundial 2014 que disputaron Alemania y Argentina, el internacional teutón Cristoph Kramer sufrió una conmoción tras un choque en el que recibió un codazo de Garay. Kramer fue atendido sobre el césped, pero siguió jugando casi un cuarto de hora antes de ser sustituido. Durante esos minutos, el jugador hizo varias preguntas incoherentes a sus compañeros e incluso al árbitro, el italiano Nicola Rizzoli. Semanas después, Kramer reconoció que no recordaba nada del partido.
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