Arcos
El rehén
Jorge Sampaoli seguirá al frente de la selección Argentina. Tras una reunión con los mandamases de la AFA y a través de un comunicado, nos enteramos que el ex técnico de la Roja será el encargado de comandar al equipo albiceleste sub 20 durante el torneo de L’Alcudia. Un campeonato menor. Su situación será revisada a fin de mes.
Dicho de otro modo, la dirigencia argentina no sabe qué hacer con Jorge Sampaoli.
Muchos han criticado a los dirigentes por firmar un contrato tan extenso con el casildense. Seguramente estaban pensando en el largo plazo. Un vínculo de cinco años que fuera más allá del resultado puntual en la Copa del Mundo. Lo que no estaba en los cálculos de nadie era que el desastre fuera tan grande.
Porque la eliminación en cancha fue un detalle al lado de la grotesca participación trasandina. Quedar eliminados en octavos de final contra Francia no era descabellado mirando las plantillas de ambas escuadras. La permanencia de un entrenador se puede sostener más allá de un mal resultado cuando se aprecia un trabajo atrás y una herencia por construir. El ejemplo de Bielsa en el 2002 es una prueba evidente.
El problema es que esta Argentina versión Sampaoli careció de planificación, de liderazgo, de conducción técnica y grupal. Llegaron con pocos amistosos en el cuerpo, con una preparación en Barcelona solicitada por Lionel Messi, un cuerpo técnico tan inconexo que cerraron su alianza apenas terminado el Mundial. Una línea poco clara entre las decisiones del entrenador y sus jugadores. Un co-gobierno que a nadie le hizo bien. Sampaoli terminó siendo una mala copia de sí mismo. El resultado en cancha fue mediocre y pudo ser aún peor.
En la AFA nadie quiere que Sampaoli. Quienes admiramos su paso por Chile, a nivel de clubes y selección, vemos pasmados como cada paso que da va en la dirección contraria al técnico que acá lo ganó todo. Incluso hoy dudamos cual es el Sampaoli fidedigno, el que hacía volar a la Universidad de Chile, el que convirtió a la Roja en uno de los mejores equipos del planeta, el que conocía todos los detalles de dirigidos y rivales o éste Sampaoli, errático, gastado y cada vez más solo. Un auténtico rehén, usando sus propias palabras. Pero rehén de sí mismo.