Así gana la UC

Seguir cuestionando a la Universidad Católica desde una ideología, ya parece un acto de terquedad extrema. A cada uno le puede gustar el fútbol de cualquier manera, eso que los siúticos llaman paladar, pero hay hechos que son indesmentibles. El conjunto cruzado es, por lejos, el equipo más sólido de este torneo. Su victoria ante Colo Colo no hizo más que refrendar este punto.

Llama la atención que a algunos aún les sorprenda cómo juega la Universidad Católica. En 24 partidos aún no se dan cuenta. El equipo de Beñat San José comienza con una solidez defensiva. Entiende que manteniendo su arco en cero sus chances de ganar son, obviamente, mayores. Ha conseguido el técnico español convencer a su plantel de una idea. Un plantel, a diferencia de Colo Colo, que volvió a mostrar individualidades, pero no un soporte colectivo. Este domingo la UC comenzó el partido con una defensa donde había un solo titular, Germán Lanaro. Magnasco, Kuscevic, Álvarez no desentonaron. Cuando el capitán salió lesionado, entró Rebolledo y Magnasco se fue a marcar a la izquierda. El equipo siguió funcionando igual.

San José descubrió que Ignacio Saavedra era el mejor compañero para Aued con el torneo bien avanzado. Munder jugó su primer clásico y estuvo a la altura. Sebastián Sáez no ha convertido tantos goles, pero el fondo de juego del equipo creció con la presencia de un centrodelantero claro. Cuando la baraja de nombres en la UC era más estrecha, el equipo ganó como pudo. Cuando sumó mejores nombres, se hizo más sólido. Si llena o no la vista es otra discusión, una que no puede nublar lo evidente: la UC gana mucho, pierde poco y se acerca a la corona.

En la pelea larga los cruzados son líderes. En la otra disputa, esa donde los equipos grandes se miran entre ellos como si el resto no existiera, es paliza en favor de la franja. Le sacó diez puntos de diferencia a Universidad de Chile y quince a Colo Colo.

¿De verdad siguen cuestionando a la UC? Mientras los porfiados reman hacia lo incomprobable, el equipo de Beñat San José se acerca cada semana a un final feliz.