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¿La final soñada?

Actualizado a

Seamos sinceros, muchos queríamos ver una final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. Y se dio. Ambos gigantes animarán un desenlace que no tiene comparación en la historia de los campeonatos de clubes, no sólo en Sudamérica, sino que en el mundo. El único símil comparable es un Real Madrid – Barcelona, pero esa final nunca se ha dado en torneos del Viejo Mundo.

Dicho esto, me parece apresurado calificarla de antemano como la mejor final de todos los tiempos. Por simbolismo claro que lo es, sin duda alguna. Los dos equipos más populares en un país que vive el fútbol como en ningún otro sitio del planeta. Dos formas de ver y sentir el fútbol y la vida muy diferentes. El que gane tendrá no sólo el trofeo en su vitrina, sino el argumento irrebatible para cerrar cualquier discusión. El que pierda, deberá morder la rabia y soportar el peso enorme de caer en una final de América. Al menos hasta que se juegue otra vez.

Son dos buenos equipos River y Boca. Pero este River Plate no está ni cerca de ser el mejor River de la historia. Lo mismo para los xeneixes. Por plantel, figuras y funcionamiento están a años luz de otras ediciones. Es más, la semifinal que jugaron en el 2004 presentaba en cancha a Javier Marscherano, Marcelo Salas, Horacio Ameli, Eduardo Coudet, Maxi López y Fernando Cavenachi por los millonarios. En Boca estaban Abbondanzieti, Schiavi, Burdisso, Perea, Clemente Rodríguez, Cagna, Guillermo Barros Schelotto y Carlos Tévez.

En 1962 el Santos de Pelé derrotó a Peñarol, que venía de ganar dos títulos seguidos. En 1966 el estadio Nacional fue escenario de la definición entre River y los uruguayos. Ganaba 2-0 la banda sangre, Peñarol remó de atrás y lo terminó ganando 4-2. En 1969 Estudiantes de La Plata le ganó la final a Nacional de Uruguay. Dos años después los uruguayos se cobraron revancha. En 1973 Independiente y Colo Colo fueron a un tercer partido tras dos finales de infarto, con triunfo final para el Rojo. En 1976, otra vez en Santiago, definieron Cruzeiro y River. Ganaban los brasileños 2-0, River lo empató y a dos del final Joazinho marcó el 3-2 para el conjunto de Belo Horizonte. En 1979 Olimpia de Paraguay le arrebató el título al bicampeón, Boca Juniors, en la misma Bombonera. En el ’87, otra vez en la capital, Peñarol le ganó al América de Cali en el último minuto del alargue con gol de Diego Aguirre. En 1992 Sao Paulo de Telé Santana superó a penales a Newells de Marcelo Bielsa. Scoponi, Gamboa, Pochettino, Berti, Martino, Berizzo, Lunari, Mendoza, Zetti, Cafú, Rocha, Raí, Müller, Palinha, sólo algunos que jugaron esa final. En el 2009 Estudiantes de La Plata le fue a ganar a Cruzeiro en Belo Horizonte. Y varias más.

Es buena la final entre River Plate y Boca. ¿La mejor de la historia? Esperemos un poquito. No lo cante, no lo grite, no se abrace. Y sobre todo, respetemos la historia. Es nuestro deber. Como dice un gran amigo, el archivo no muerde.