Un cambio importante en la conducción del Colegio de Técnicos, que presidía el actual DT de Unión Española Fernando Díaz, ocurrió en los últimos días de 2018. Carlos Ramos, ex presidente del Sifup en los años 90, asumió la conducción del gremio de los entrenadores, retornando sorpresivamente a la contingencia futbolística tras dos décadas lejos de la actividad, y charló con AS Chile.
-¿Qué lo motivó a volver a la primera línea de la coyuntura? -Fue algo de menos a más, porque yo no tenía contemplado esto. Varias personas, Ignacio Prieto, Freddy (Delgado), Raúl Toro, me hicieron una solicitud y me comprometieron, un poco, a volver. También estaba viendo lo que pasaba y siempre fui comprometido como afiliado al Colegio. Nunca estuve de acuerdo con la conducción anterior. La gestión anterior terminó con problemas y la gente se formó una mala impresión del gremio. Quiero cambiar esa percepción.
-¿Cómo afronta el desafío? No es la misma motivación de la época del Sifup, ahora es otro momento. -Claro, ahora tengo otras posturas. Estoy con mayor carácter y más experiencia. Me noto más exigente y pienso que hay que arreglar esto de una vez. Hemos estado equivocados por muchos años en tratar de tener un Colegio muy exclusivo, muy de élite. Creo en todo lo contrario.
-¿Cuál es su evaluación de la gestión pasada? -La verdad es que los hechos hablan por sí solos. Se produjo el traslado del comodato que teníamos en Macul a la actual vivienda de hoy. Fue por una necesidad y por una solicitud de la municipalidad. Más allá de eso, tangiblemente no hay nada. No se hicieron cursos, no se recuperó a la gente, no se presentaron proyectos.
-¿A qué apunta en esta labor de cuatro años que recién comienza? -Vengo con una visión bastante amplia y eso es lo que uno gana con los años. Lo primero es posicionar al Colegio en el lugar donde siempre debe estar, que tenga voz y voto, una opinión válida. Los técnicos chilenos deben ser respetados, tener presencia, lo que logramos con el Sifup. Pero la primera prioridad es la recuperación de las bases y ayudar a los que realmente necesitan apoyo. Sumar a los técnicos chilenos y extranjeros que están dirigiendo en las tres divisiones, por ejemplo. Queremos llegar a todos los que tienen el título.
-¿Ha tenido retroalimentación con la gente del fútbol? ¿Lo han llamado, se han comunicado con usted? -Estoy sorprendido. Es como cuando tú pones a un entrenador de cierto prestigio en un equipo y sabes cómo va a jugar ese equipo. O traes a un jugador y sabes los atributos que tiene. Me han llegado parabienes desde afuera del país, porque saben quién soy y a lo que voy. La votación recibida dice que están buscando un cambio, que ya no quieren solo estar tomando café y conversando de fútbol. Quieren fútbol, actividad, acción. Eso me halaga y espero estar a la altura.
-¿Qué piensa sobre la masiva llegada de técnicos extranjeros? -No tengo nada en contra de los profesionales extranjeros en la medida de que sean un aporte. En este tema hay que ir a la raíz: hay muchas sociedades anónimas y agentes que se están haciendo dueños de los clubes. Ellos tienen su propia gente y mucho de ellos son extranjeros. Se van a cruzar intereses y habrá que tener mucho cuidado cuando jueguen los equipos en contra. Será clave para la transparencia de los campeonatos.
-¿Buscará incidir en la toma de decisiones respecto de la labor de los entrenadores en el fútbol chileno? -Obviamente, ahí hay que estar. Siento que hay que dejar la humildad al lado y golpear la mesa. Hay que involucrar al sector político y a las autoridades. No estoy de acuerdo de que haya un monopolio en Chile en el tema de los cursos de entrenador. Ahora le pertenecen a la ANFP, a través del Inaf. Para ejercer en Chile tienes que tener la autorización de la Federación y esta está en manos de privados. Eso para mí no corresponde y lo vamos a plantear. En ningún lado la Federación está en manos de privados, le pertenece al estado de Chile.
-¿Qué análisis hace del fútbol de hoy? Los clubes ahora tiene dueños, chilenos y extranjeros, por ejemplo. -Se ha perdido algo muy importante, que es la pasión, el cariño, el afecto a tu institución. Te vas dando cuenta de que hay un ambiente frío, donde hay dueños y ellos van dictando las pautas. Es un ambiente más frío y profesional, donde tú cumples y te pagan, y si no, tienes problemas. Lamentablemente, ese es el cambio que hay y en Chile se está notando demasiado.
-Por lo mismo, esta otra contingencia exige un liderazgo distinto, más acorde con los tiempos actuales. -Claro, tenemos que estar preparados para los nuevos tiempos que corren en el fútbol. Sabemos que nos enfrentamos a otro tipo de dirigentes. Para eso hay que asesorarse y hacerlo de la mejor manera. Hay que estar al día en estos temas y ver también experiencias similares en el extranjero. Buscaremos transparentar el medio, porque ya se están viendo algunas cosas raras en el fútbol chileno.
-¿Cómo será la relación con el Sifup? -Cuando era presidente de los jugadores pensaba que los técnicos deben estar cerca de los jugadores y ahora pienso igual. Creo que los dos gremios deben estar muy unidos para trabajar por las demandas que favorecen a ambos gremios. Hay jugadores activos que están estudiando para ser entrenadores y probablemente serán los que dirigirán algún club pronto. Las puertas para los técnicos se están cerrando cada vez más y las opciones son menos.
-¿Qué se puede hacer en este último caso? -Tenemos que buscar que se abran opciones hacia el extranjero. Tenemos que ayudar a la gente para que puedan ver otros mercados, así como Mario Salas, Pellegrini, (Nicolás) Córdova, el Coto (José Luis Sierra). Ojalá poder exportar técnicos, porque los entrenadores chilenos pueden llegar a ser de excelencia y lo han demostrado.