Si le das más poder al poder
Los dueños de los clubes chilenos, amparados en la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas, no cometen ninguna ilegalidad cuando toman decisiones bajo su arbitrio y que terminan afectando a los equipos que comandan. Todo está bajo el paragua de la ley. Muchas veces estos actos no hacen más que reflejar cómo han convertido sus instituciones en plataformas de poder.
En una entrevista concedida al diario La Tercera este fin de semana, Carlos Heller aseguró que perdía dinero en la Universidad de Chile. Es probable. En Chile el negocio del fútbol no renta demasiado. El empresario aseguró que si actuara bajo la razón se habría alejado de Azul Azul. ¿Por qué no lo hace? Por su fanatismo, el mismo fanatismo que le hace declarar que antes de terminar su período pagará la deuda interna que tiene con la construcción del estadio propio. Hace algunos años, un reportaje de un medio televisivo (CDF) cuestionó los plazos sobre el emplazamiento del recinto azul, que el mismo mandamás había anunciado con bombos y platillos. El grupo de profesionales que realizó el reportaje fueron despedidos, también sus editores y productores, por presión de los asesores ante la entidad televisiva. Pero no hubo estadio en la fecha convenida. De hecho, todavía no hay.
Colo Colo ni hablar. La lucha encarnizada por el poder de la concesionaria permite adelantar que se viene, otra vez, un cambio de timón en Blanco y Negro.
Pero no se preocupen. Todo es legal. Lo permite la ley. Es lo único que importa.