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CRISTIÁN BUSTOS:

“Seré triatleta hasta que mi cuerpo no me permita desplazarme más”

La leyenda del triatlón nacional asegura que aún entrena todas las semanas: nada tres días, corre cuatro y pedalea cada dos. “No me siento una leyenda, pero sé que hice historia”, dice a AS.

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“Seré triatleta hasta que mi cuerpo no me permita desplazarme más”

Cristián Bustos (54 años) es uno de los ídolos vivientes de la mística del triatlón”, dice una de las tantas personas que se detiene a saludar al histórico triatleta en el Herbalife Ironman de Pucón 2019. Todos quieren una fotografía, un recuerdo o una conversación. Y es que la exitosa carrera de Bustos no se olvida. O al menos esa es la sensación que da cuando atiende a AS mientras atiende su local de productos en la Expo Village.

- ¿Siempre lo saludan tanto?
- Sí, bastante. Especialmente los mayores, sobre 40 o 50 años. Ellos me saludan, le cuentan a los hijos y a los nietos la historia que hice. Lo que corrí, cuánto corrí y los lugares. Los papás y los abuelos tratan de mantener vivo la historia.

- Muchos dicen que usted es una leyenda…
- Yo no me siento así. Lo que hice sí va a dejar un precedente en la historia del triatlón chileno. Ya lo está dejando y lo va a mantener en el tiempo, especialmente este año por la gigantografía que pusieron en Hawai sobre mí como el mejor triatleta de la historia en Latinoamérica. Me siento orgulloso de lo que me tocó vivir.

- Bárbara Riveros dijo en AS que, sin Cristián Bustos, no existiría el triatlón..
- Sí hubiese existido, pero quizás no tanto auge como hoy.

- ¿Aún entrena?
- Siempre…

- ¿Hasta cuándo?
- Hasta que mi cuerpo no me permita desplazarme más. Por ahora nado, corro y ando en bicicleta. Nado tres días a la semana, corro otros tres o cuatro y pedaleo cada dos.

- ¿Qué anécdotas recuerda?
- Los recuerdos mayores son cuando le gané a Mark Allen en Pucón. Bajamos juntos en la bicicleta y le puse como seis o siete minutos. También recuerdo en Hawai, cuando nos bajamos juntos. Al correr en sunga, no me tuve que cambiar y le saqué 30 segundos de ventaja en la transición y estuve punteando la carrera más importante del mundo unos 7 kilómetros. Después me pilló y nos fuimos en conjunto.

- Estuvo cerca de ganar…
- Sí, estuvimos juntos hasta el kilómetro 22. Ahí se fue y no pude seguir su ritmo. Pero cuando iba en bicicleta, yo pensé que iba bastante más atrás y recién iba pillando a las mujeres. Me empecé a urgir porque dije ¿cómo voy a ir tan mal?, y a esa altura, en otras carreras, ya había pasado a las líderes de mujeres. Y cuando me voy dando cuenta que iba pillando la punta de los hombres, no lo podía creer. Pero dije ‘me voy a controlar’. No me lo imaginé.

- ¿Pucón y el Ironman están en deuda con los deportistas de la zona?
- Claramente falta una piscina techada de 50 metros. Está mal porque es súper necesaria. Es urgente. Hay como cuatro equipos de triatlón. Hay mucha gente que hace deporte. Acá es la cuna del deporte, y debe tener una piscina para que puedan entrenar. Falta un plan municipal y de gobierno. Yo sé que los recursos están. La organización tiene varios convenios y hace bastantes cosas con la zona de acá.