Houston, tenemos un problema
Mejoró Chile contra Estados Unidos en comparación con el rendimiento exhibido ante México. Menos mal, porque el debut había sido pobre. En Houston la Roja mostró algunos avances. Controló mejor la pelota, distribuyó el juego a su antojo, no pasó demasiados riesgos. Pese a esto, la cosecha de esta gira deja más dudas que certezas.
Reinaldo Rueda dispuso una línea de tres defensores, con Medel, Jara y Maripán. La zona se veía segura, con oficio para salir jugando, pero sufría cada vez que el rival aceleraba en intensidad. De esa forma llegó la apertura de la cuenta. La lesión de Pulisic, el mejor jugador de Estados Unidos, fue un alivio para una retaguardia que sufría en velocidad. En la mitad de la cancha el colombiano optó por poblar la zona. Isla y Opazo por los costados. Pavez y Aránguiz en el equilibrio, Valdés y Vidal en la salida, dejando como único atacante a Nicolás Castillo. Debido a la característica de los jugadores, Chile se apropió de la bola. Tocaba con criterio, rotaba el balón, distribuía, pero la profundidad nunca apareció. En la segunda parte casi no se pateó al arco y cuando ingresaron los relevos (Vegas, Pulgar, Rubio), el esquema casi no se movió. Después de la derrota ante México, Chile jugó a no perder contra Estados Unidos. Y empató.
No queda mucho. Se jugará un amistoso contra Haití, rival discreto, partido que se organiza para darle una despedida a la selección y nada más. Pese a la leve mejoría, el equipo produce poco. Uno supone que Alexis Sánchez será titular en este equipo. ¿Jugará con dos atacantes? ¿Mantendrá este sistema con el Niño Maravilla como exclusivo delantero? El ariete del Manchester United no llegará tampoco en su mejor versión debido a la lesión que aún padece.
Nadie dijo que sería fácil, pero pocos imaginamos que a esta altura del partido el horizonte se apreciara tan nublado como ahora.
