Entrevista AS
De ser un refuerzo millonario en la U a jardinero en Australia
Luciano Civelli estuvo dos años en los azules, donde no pudo repetir su gran paso por Libertad. Se retiró a los 31 y viajó a Sydney donde también fue repartidor de comida.
El primer gran recuerdo que reúne a Luciano Civelli (31) con Chile fue en la Copa Libertadores 2012. Aquel año llegó con Libertad a cuartos de final del certamen continental y se midió con Universidad de Chile, en una infartante serie que se definió por penales a favor de los azules. En la llave, Civelli se convirtió en un enorme problema para la defensa de la U que no podía contener sus escapadas por el sector izquierdo del ataque 'gumarelo'.
"El año que estuve en Libertad fue el mejor de mi carrera. Sentíamos que teníamos un gran equipo pero era un gran desafío enfrentar a esa 'U'. No le podíamos seguir el ritmo, no éramos capaces de aguantar esa intensidad", recuerda Civelli en diálogo con AS Chile.
"Jugamos a estadio lleno, un ambiente muy lindo, un partido intenso. Recuerdo que estaba en la barrera para el gol de 'Chelo' Díaz por abajo. Saltamos todos... nos dio una impotencia. En lo personal fue una buena serie. Tuve una buena copa", agrega.
Esa serie lo puso en el radar del fútbol chileno, pero Jorge Sampaoli, DT de la U por ese entonces, ya lo seguía desde antes. "Cuando hablé con él, me dijo que no me llevó por esos dos partidos, sino que había visto todos los partidos de Libertad. Fue muy importante la confianza que me dio", comenta.
Sin embargo, cuando llegó a la U las lesiones no lo dejaron tranquilo. Nunca logró regularidad y tras dos años en club, se fue. Volvió a Banfield donde puso fin a su carrera en 2017 con solo 31 años. La razón fue obvia: ya no quería saber nada más de lesiones. Fueron cinco operaciones de rodilla y una de pubis. Fue en ese momento que su vida dio un giro radical.
Jardinero en Sydney
"Me fui seis meses a Australia en un viaje mochilero, necesitaba estar desocupado y como no tenía pareja era un viaje ideal para hacer. Fue una experiencia hermosa y terminé trabajando de jardinero levantándome a las cinco de la mañana y lo hice sin problema. Con un brasileño trabajábamos en jardinería para un australiano y los fines de semana para hacer un poco de actividad física repartía comida en bicicleta", confiesa Civelli a AS.
"Necesitaba desconectarme, irme lejos, estaba saturado del fútbol. En mi última lesión sentí alivio. Enojo por la situación pero yo sentía a la vez que me estaba sacando una mochila de encima, de que ya estaba. No quería más. La decisión estaba tomada y mi hermano vuelve de Europa para jugar conmigo pero no pudo ser, el retiro ya estaba decidido. Sabía lo que me hacía bien y lo que no", agrega.
En Oceanía también siguió con su viaje de mochilero. "Viví la mayoría de mi tiempo allá con dos amigos y nos fuimos cinco semanas de vacaciones a recorrer Nueva Zelanda en carpa. En 30 años nunca había tomado mate y llegué a Australia y empecé a tomar mates con ellos", bromea.
-¿Qué hizo después de esa experiencia?
-Después me volví a Pehuajó, mi pueblo a cuatro horas de Buenos Aires. Tenía ganas de trabajar como dirigente en mi club de barrio. Ahora estoy en un proyecto comercial con mi hermano Renato que juega en Banfield.
-¿En qué consiste ese proyecto?
-Este emprendimiento con mi hermano consiste en una franquicia de una panadería francesa que se llama Gontran Cherrier, que es un tipo muy famoso allá, puso panaderías en París y ahora está abriéndose al mundo y la estamos trayendo con mi hermano a Argentina.