La década en que Chile enfrentó a la generación dorada de Haití
En los años setenta, la Roja visitó cuatro veces a la selección haitiana que ganó una Copa Concacaf y llevó a su país por única vez a un Mundial.
Uno de los dolores de cabeza más grandes para historiadores y estadígrafos deportivos, son los partidos amistosos entre Haití y Chile jugados en la década del setenta. La información es escasa, pero fueron cuatro los encuentros jugados de ambas selecciones entre 1972 y 1974.
La Roja tenia una gran selección que clasificó a la Copa del Mundo de Alemania 1974, pero Haití tuvo su generación dorada durante esos años, donde participó en la cita mundialista germana y fue por única vez campeón de la Copa Concacaf en 1973.
El resultado es que en cuatro partidos, Chile sólo ganó uno, empató dos y perdió uno en Puerto Príncipe. Del primer encuentro, jugado el 9 de febrero de 1972, la información existente apenas resume la alineación chilena y que Haití venció 1-0, con un penal de Jean-Claude Désir.
El 14 de abril de 1973, nuevamente jugaron en el estadio Sylvio Cator, pero esta vez empataron 1-1, con goles de Philippe Vorbe (o de Arsene Auguste Pelao según algunos reportes) para los locales y de Carlos Caszely para Chile. Luis Álamos, técnico de Chile, no tenía ningún interés en jugar ese partido, porque sabía que un año atrás, los dirigidos por Raúl Pino se habían llevado una sorpresa. "Su fútbol es veloz, fuerte y de calidad", analizó el 'Zorro'.
Álamos no quería que la Selección perdiera prestigio y buscó por todos los medios eludir el compromiso, pero la Roja tuvo que jugar el partido, por motivos económicos. Por el buen resultado, conseguido, Chile regresó a Puerto Príncipe en abril de 1974, para jugar dos encuentros amistosos. Primero ganó 1-0 con tanto de Rolando García y luego empató sin goles.
En el segundo partido, Francisco Valdés perdió un penal a los 32', atajado por el arquero Wilner Piquant. En el segundo tiempo, tras gran pase de 'Chamaco', Leonardo Véliz convirtió un tanto (ver foto), pero el juez jamaicano, James Stewart, anuló la conquista inexplicablemente.