"Los jóvenes dejan la U porque ofrecen $500 mil y a un argentino 10 millones"
Benjamín Inostroza, que se hizo conocido porque Sampaoli lo hizo debutar con 15 años, analizó su paso por la U, y las decisiones que tomó en su carrera.
Un recuerdo de Jorge Sampaoli en el Santos trajo de nuevo a la memoria futbolística a Benjamín Inostroza. El delantero que debutó con 15 años en Universidad de Chile cuando el argentino dirigía a los azules, se enteró del momento tras una práctica en Rancagua Sur, su actual club en Tercera División.
"Estaba entrenando y cuando terminé, vi al tiro la noticia, porque me la mandaron por mensajes internos. No me sorprende que se haya acordado de mí, porque siempre fue humilde y cercano al jugador, dónde me vio, me saludó de buena manera. Siempre sentí que tuvo un trato deferente para mí", recordó el hoy jugador de 22 años, en conversación con AS Chile.
- ¿Cómo cree que influyó en su carrera el hecho de debutar a los 15 años? Hay quienes lo valoran y otros muy críticos con ello...
- Siempre lo he tomado bien, siento que me sirvió. Claro que me dejó marcado de por vida el hecho de que me haya hecho debutar a los 15 años, pero me lo había ganado en la semana. En un partido de preliminar hice tres goles y me dijo que me iba a citar. A cualquiera le hubiese gustado debutar a los 15 años, después con las vueltas de la vida mi carrera no fue tan exitosa como podría haber sido, pero no puedo decir que no me sirvió.
- ¿Qué tan complejo ha sido llegar al profesionalismo?
- Me ha tocado difícil, la vuelta larga. Siempre he tenido mi familia que me apoya en todo ámbito, lo hizo en el mejor momento, y ahora que estoy saliendo de un momento difícil. Hoy en Tercera A me he vuelto a reencantar con el fútbol, hace tiempo que no me sentía importante dentro de un equipo, y es el momento para después de este campeonato agarrar un buen contrato.
- ¿Haría algo de manera diferente en torno a su carrera?
- Claro, muchas cosas. Después uno se pone a pensar y se da cuenta de que pudo hacer algunas cosas diferentes. Todo es aprendizaje. Mis papás me tratan de orientar, pero en el mundo del fútbol todo es distinto y a veces las decisiones que uno toma no son las correctas.
- ¿Qué específicamente?
- El primer préstamo hacia La Pintana creo que me hizo bien. En el segundo hacia Audax siento que debí quedarme en la U a pelearla, porque te miran de otra manera estando en la U. En la U me ofrecieron quedarme en la juvenil sin contrato o que me fuera. Tenía ofertas de Segunda División, pero me llamaron de Audax (Italiano) porque había un profe que me tuvo en la U que estaba allá. El técnico del primer equipo era Hugo Vilches, quien me dijo que si andaba bien me iban a subir al primer equipo. Me fui para allá, fui goleador de la serie, pero no me pescaron.
- ¿Cómo cree que se manejan las divisiones inferiores en la U?
- Siempre lo he dicho desde que salí de ahí, que en la U manejan mal a los juveniles que van subiendo al primer equipo. En mi caso particular fue así y por eso quise salir a préstamo. Han perdido muchos juveniles por temas dirigenciales. La U, a mi parecer, sube a los juveniles (al primer equipo) sólo porque tiene que cumplir los minutos, no porque los vean con capacidades.
- ¿Qué le parece que un directivo como Rodrigo Goldberg diga que los jóvenes de las inferiores no quieren jugar en la U?
- Eso es mentira. Eso lo dice para la prensa. Yo me puse a llorar cuando hice mi primer gol porque yo era hincha de la U, y uno se da cuenta cuando está adentro que hay muchos jugadores que sueñan desde chicos con llegar a jugar en el primer equipo. Entonces, que digan que los juveniles no quieren jugar en la U, para mí es una mentira. Se van porque llega un argentino que le ofrecen 10 millones, y a ti te ofrecen 500 mil pesos, y por esa plata uno se tira al suelo de cabeza, pero ya con el hecho de ganar esa cantidad, el que viene de afuera le está poniendo la pata encima a todo el que viene de atrás.
- ¿Por qué le es tan difícil a los juveniles consolidarse profesionalmente?
- Me ha tocado estar en varios lados y siento que los juveniles llegan con muy pocas armas al profesionalismo. Ahora que estoy un poco más grande me doy cuenta que a los 18 años sí me faltaban armas para estar en un primer equipo de forma más sólida. Hoy tengo más experiencia.