Felipe de Pablo vive sus últimas horas como gerente general de Universidad de Chile . El ingeniero civil dejará ese cargo para asumir exclusivamente como director ejecutivo de los Panamericanos Santiago 2023 , uno de los eventos deportivos más importantes en la historia del país. “Me voy a sacar la cresta por estos Juegos”, adelanta en conversación con AS.
Sentado en una banca del Estadio Nacional, De Pablo, además, hace un balance de su paso por Azul Azul. Una institución que califica como “el lugar soñado para trabajar”.
- ¿Qué lo motivó a asumir como CEO de Santiago 2023? - No sé cuál es la razón exacta, porque siento que estaba es una zona de confort. Manejaba bien mis temas, sabía cómo organizar un partido en el Nacional, conocía todos los directores y a todos los ejecutivos, y el CDA era mi primera casa. Pero cuando el corazón te late un poco más fuerte, tienes que hacerle caso. ¡Y no pasa ni por plata!. Yo me críe en Puente Alto, y teníamos que levantarnos el sábado muy temprano para ir a jugar a las siete de la mañana detrás del Hospital Sotero del Río, porque a las nueve llegaban los viejos a jugar la liga. Teníamos una hora para jugar fútbol, y no teníamos una zona para conocer otros deportes. Ahora veo este programa con convicción y un gran compromiso, y siento que podemos entregarle esto a los compatriotas y a los niños. Vengo a devolver la mano, porque a mí me costó mucho llegar donde estoy.
- ¿En la U también le costó mucho? - Cualquier trabajo que haces con pasión, te deja más cansado que aliviado. Siempre me acosté cansado. Todos me lo decían, pero creo que si no estás cansado, no vale. Obvio que pasa la cuenta, y quizás estoy más viejo que algún compañero de curso, pero de verdad que estoy agradecido. Estar en la U deja huellas, pero las batallas dejan ronchitas que miras y te motivan para seguir adelante.
- ¿El ataque que sufrió en casa de sus padres fue el hecho más doloroso en la U? - Sin duda, porque son gallos que viven donde viví yo. No tenemos ninguna diferencia. Lo único que hice yo fue trabajar mucho para tener cosas. Imagínate que tres meses antes de eso, me habían intentado quitar el auto a las una de la mañana, pero me arranqué y lo dejé para mí no más. No pasó nada. ¿Pero a mis viejos? Ellos son humildes y tienen los mismos problemas de pensiones que tiene la mayoría. Mi papá era conductor de micro y nunca impuso, y mi mamá era dueña de casa. Claro que me duele, pero hay cosas que me dejan tranquilo.
- ¿Como qué? - Que nunca entregamos nada fuera de la ley. Podíamos apoyar en activaciones y en salidas, pero en temas de plata, imposible. Hay una responsabilidad por un club y jugadores, y nunca los íbamos a poner en riesgo. No me pueden apuntar porque robé plata, metí en problemas a la U o porque le di cierta facilidad a un grupo de hinchas. Por lo único que me pueden apuntar, es porque no sé hablar inglés.
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- ¿Cree que es muy sacrificado ser dirigente de Azul Azul? - Totalmente. La gente no lo ve. Si algo le tengo que criticar al presidente de la U es que pasó más horas conmigo que en su otro trabajo. José Luis (Navarrete) va todos los días. Es una locura, pero conoce todos los detalles. Si un día cambian el portón, él sabe. Mario Conca, que ha sido muy criticado, me ayudó en todo el tema de finanzas cuando yo llegué. Él vive lejos, y cada vez que le pedí conversar de un tema, llegó igual al CDA. Nunca me pidió que me acercara a otro lado. Y eso que él no recibe nada. Los dos directores deportivos son tan enfermos por la U, que nos ponen la piel de la gallina con sus historias. La familia Schapira, igual que Carlos (Heller), ponen mucha plata… todos los que te nombro son dirigentes presentes. La U es un lugar soñado para trabajar.
- ¿Qué imagen tiene de Hernán Caputto? - Le tengo fe. Hernán es otro loco por la U. Si algo nos pueden criticar, es que hay gente enferma por la U adentro del CDA. Con él me juntaba a conversar a las ocho de la noche o después. Ellos quieren lo mejor. Si la pelota no entra, es difícil, pero también entendí que si el hincha de la U no lo sufre, no es triunfo. Estoy seguro que lo van a sacar adelante este año.
- ¿Cuál fue la reacción de la directiva ante su salida? - Cuando le comenté al presidente (José Luis) Navarrete, quedó con la boca abierta porque él me dio la oportunidad de ser gerente general. Pero entendió algo: nosotros también tenemos que dejar un legado como fútbol. No podemos ser egoístas. Queremos los estadios llenos, todos los sponsors para nosotros, queremos que todos los medios nos cubran, pero también tenemos que entregar algo a cambio. Santiago 2023 necesitaba un ejecutivo, y yo tengo capacidad de trabajar, de entender lo que les pasa a las comunas, y de entender lo que es tomar una micro o trasladarme en metro. A la U solo le quedaba apoyar.
- ¿Chile puede organizar los mejores Panamericanos de la historia? - Yo no sé si decir ‘los mejores’ porque sería soberbio. Lo que sí prometo es que no nos vamos a dormir. ¿Si son los mejores o no? Lo terminarán viendo ustedes. Por mi parte, me voy a sacar la cresta por estos Juegos porque debo entregarles toda la posibilidad a los deportistas. Hay tipos en silla de rueda que entrenan todo el día, y yo me quejo a veces porque me toca caminar un poco. Insisto: no sé si serán los mejores, pero lucharemos para que queden en la historia de nuestro país.