Arcos
Roberto To-Var
Roberto Tobar es el mejor árbitro de Chile, por paliza, con enorme distancia del resto. No sólo eso, es probablemente el mejor juez del continente. Maneja el reglamento y el criterio como pocos. Aparte de la letra, Tobar le agrega espíritu al juego. Sabe de fútbol y se nota. Ha dirigido finales de Copa Libertadores y Copa América, con desempeños impecables. Él fue designado para dirigir el primer partido donde se implementaba la tecnología del Var en nuestras canchas, duelo de semifinales de Copa Chile entre Universidad Católica versus Colo Colo. Y en este cotejo, que terminó empatado 1-1 en los 90 minutos, el mejor árbitro de Chile, el mejor árbitro del continente, no había cobrado los dos penales que terminaron en goles en este reñido encuentro.
No se trata de destacar el error de Tobar, muy lejos de eso. Se trata de entender que debemos estar atentos a una serie de circunstancias que antes pasaban desapercibidas. El juez recurrió pocas veces a la asistencia pues estaba seguro de lo que cobraba, le da fluidez al juego y no se detiene en detalles nimios. Usó el VAR como ayuda, como referencia, como una herramienta para apoyarse, como debe ser. No dependía su desempeño de esta nueva tecnología.
Colo Colo pasó en tandas de penales, en un partido donde la Universidad Católica controló y administró el juego la mayor parte del tiempo. El plan de Holan mostró algunas características de lo que seguramente busca el entrenador. Fuenzalida instalado como lateral derecho, pero mucho más cerca de la zona de los volantes que del arco propio, le permitía a los cruzados tener una superioridad numérica que desniveló la cancha a su favor. Lezcano le generó problemas a De La Fuente y Opazo, en la otra banda, extremó recursos para controlar a Puch. El déficit de la UC fue que llegó poco. Hasta tres cuartos, impecable. En el último tramo, se fue diluyendo. Bryan Cortés, antes de los penales, no tuvo demasiadas intervenciones.
Pese a que no administró el juego y la mayor parte del tiempo fue un equipo reactivo, Colo Colo sí tuvo ocasiones claras de anotar. En el primer tiempo lo tuvo Costa, en el segundo Blandi y en ambas Dituro estuvo impecable en el achique para evitar la conquista blanca. Mérito del Cacique fue no claudicar. Mario Salas dispuso casi cuatro atacantes en los minutos finales, con dos 9, como Blandi y Parraguez dentro del área, dejando a Bolados y Valencia por los costados, con una mitad del terreno casi despoblada, solo con Matías Fernández y Carlos Carmona. Un riesgo que esta vez le resultó.
Cuando Zampedri se atrevió con una pirueta y la pelota dio en la mano de Insaurralde, Tobar había dejado seguir. Cuando quedaba poco y el cabezazo de Parraguez dio en la mano de Cornejo, Tobar también prosiguió con el juego. En ambas ocasiones, el Var lo ayudó a sentenciar con justicia. Y esa es la idea. El fútbol que viene. Hay que acostumbrarse. Los cambios, a veces, son para mejor.