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FÚTBOL NACIONAL

La rareza táctica que va tomando fuerza en los equipos chilenos

Ahora fue la U el cuadro que se sumó a la iniciativa de sorprender con una dupla de centrales fuera de toda norma futbolística. Antes lo había hecho Huachipato.

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La rareza táctica que va tomando fuerza en los equipos chilenos

Diego Carrasco fue uno de los jugadores destacados de Universidad de Chile en el empate 0-0 ante Internacional de Porto Alegre en la Copa Libertadores. Entre otras cosas, el coquimbano cumplió un papel clave con dos quites en última instancia que evitaron la caída de la portería azul, pese a actuar en un puesto absolutamente desacomodado. Como central derecho, cubriendo perfiles incoherentes con su naturaleza de zaguero zurdo neto.

A nivel local no fue ninguna novedad, aunque es toda una rareza táctica lo mostrado por la U. La alineación de dos centrales zurdos en el eje de una defensa de cuatro integrantes va en contra de las normas futbolísticas elementales, pero en Huachipato también fueron a contracorriente: Ignacio Tapia formó la dupla con Diego Oyarzún y ambos zurdos han otorgado seguridad en la zaga durante las dos fechas del Campeonato Nacional.

La complejidad de alinear a dos centrales con pierna izquierda dominante radica esencialmente en que los nativos zurdos son menos dúctiles con la otra extremidad. No ocurre lo mismo con los zagueros derechos, más habituados a desempañarse en cualquiera de las dos posiciones del eje de la defensa por la menor cantidad de zurdos, en general, en cada plantel.

Esto mismo ocasiona una serie de adaptaciones en los centrales derechos respecto a la resolución de jugadas con el perfil zurdo. De tanto maniobrar hacia zonas de accionar con la pierna izquierda construyen respuestas que les permiten 'sobrevivir' en el puesto y se tornan plenamente confiables.

Los zurdos juegan donde siempre lo hacen los que accionan con la pierna izquierda. Bajo esta lógica es más plausible ver a un central zurdo jugando de lateral que izquierdo que como zaguero derecho. Por lo tanto las posibilidades de generar respuestas adaptativas en el juego a entornos de resolución con la pierna derecha son casi inexistentes.

En los hechos, el principal contratiempo en la cancha guarda relación con las coberturas hacia la espalda del lateral derecho. La acción exige dominio de la pierna diestra para darle continuidad ascendente al juego del equipo en caso de obtener el balón, con envíos largos ante la eventualidad de un despeje. Esto reclama un uso eficaz de la extremidad derecha, cosa de la que los zurdos carecen, en líneas generales.