"Prioridad es la selección, hay que apoyar siempre, pero en este caso me siento perjudicado". Esa frase resume el reclamo de Ariel Holan contra la Roja y refleja también el verdadero sentir del DT ante el equipo nacional.
La prioridad debe ser absoluta, sin 'peros'. O se ayuda a la selección en todas las circunstancias o no. Acá no hay medias tintas. El pensamiento no puede ser "ayudo a la Roja mientras no me complique".
Además, un llamado al equipo nacional es un plus para cualquier jugador. Se valoriza, aprende otras cosas, está al lado de un DT connotado a nivel internacional y, en el caso de los microciclos, es un primer paso para estar en las Eliminatorias y trabajar con Vidal Alexis o Bravo. Para eso sólo falta un mes y la oportunidad de estar en esa primera nómina rumbo a Qatar es única. Es ganancia por todos lados.
Dos ejemplos que reflejan todo esto. César Pinares dio un gran salto cualitativo en su rendimiento al estar permanentemente en la Roja y la UC se benefició de eso. Aunque en otro club, lo mismo ocurrió con Tomás Alarcón de O'Higgins, quien hoy es uno de los jugadores de mayor proyección del fútbol chileno.
La selección no puede ser un enemigo de los clubes, al contrario. Los llamados reafirman el buen trabajo que se está haciendo en una institución.
Hoy la UC es, por lejos, el mejor equipo de Chile, el más ordenado y el de mejor planificación. Eso es muy valorable y un ejemplo, pero tampoco puede significar que la institución se ponga al mismo nivel de la Roja. El equipo nacional siempre debe estar por encima de todo, sin ningún 'pero'.