"La U es el club en el que más me encariñé; les debía algo"

- ¿Qué significa la Universidad de Chile en su vida?
- Creo que es el club con el cual más me encariñé. Por ahí por todo lo que me ha pasado a nivel familiar lleva a que uno le tome un cariño especial, no que en los otros clubes no haya pasado, pero acá es donde empezó todo. Yo le agradezco a todas las hinchadas, en Cruzeiro me han tratado espectacular, en Tigre me han tratado fenomenal y en todos los lados donde pasé me han tratado muy bien, pero creo que acá es donde empezó todo y por ahí les debía un poquito más de fútbol antes de retirarme.

- ¿Cuál fue el jugador que más le impresionó en su regreso?
- Hay muchos chicos muy buenos acá. Los que vinieron del Sub-23 pueden tener una carrera muy buena. Creo que todos están haciendo un gran torneo. A Diego Carrasco le tocó la posibilidad en un puesto que no es de él y terminó siendo uno de los mejores del equipo, eso quiere decir que están todos muy compenetrados y trabajando muy humildemente para que al equipo le vaya bien. No sé si es el que más sorprende, pero me gusta Pablo Aránguiz. Es un jugador que parece un veterano, tiene unas condiciones impresionantes y ojalá que siga por ese camino de la humildad, del trabajo y que nos dé muchas alegrías a nosotros y a los hinchas de la U.

- ¿Si tuviera que darle un consejo a esta generación Sub 23 de la U, cuál sería?
- Que trabajen y jueguen. Es muy difícil divertirse en el fútbol, porque uno tiene muchas responsabilidades. Que trabajen con humildad, que este es un club hermoso para jugar y un club que les puede abrir las puertas a muchas cosas más.

- ¿No llegó anteriormente por culpa de Ronald Fuentes o de Carlos Heller?
- No lo sé, lo tendrían que saber ustedes. Fue en el 2017 cuando yo quise venir, estaba Ronald, pero no sé, se lo tendrían que preguntar a él.

- ¿Y el llamado en esta pasada fue de Hernán Caputto o la gerencia deportiva?
- Me llamó Hernán primero. Aunque antes me llamó Sergio Vargas, el año pasado, en abril, pero yo le dije que a mitad de año no me iba a ir porque ya le había dado la palabra a Tigre de quedarme. A fin de año me volvió a llamar Hernán y nuevamente hablé con Sergio. Se dio todo para que pudiera venir, tenía una cláusula de salida y me vine para acá.

- Cuando en Botafogo comienzan sus lesiones, ¿a qué lo atribuye? ¿Apuró la recuperación usted, el cuerpo técnico o el cuerpo médico?
- Nunca trato de buscar culpables, por ahí no me preparé de la manera que tenía que hacerlo en la pretemporada. En Brasil hay muy poco tiempo para realizarlas, no es como acá, ya que están los torneos estaduales y el querer apurarme me jugó una mala pasada. Después de la primera lesión, en conjunto con el cuerpo médico, decidí dar un paso al costado.

- ¿Cuál fue la clave para ese renacer en Tigre, a pesar de una lesión complicada en el inicio?
- Maxi Leo, que fue el kinesiólogo. Es una persona que me ayudó mucho, que me dijo que me iba a poner en óptimas condiciones y así fue. Le agradezco todo lo que hizo por mí, porque ahora estoy disfrutando el fútbol, como hace tiempo no lo hacía. En Tigre también lo pasé bien, dejé muchos amigos allá, muchos chicos a los que quiero mucho. Fue una felicidad enorme haber sido campeón en Tigre, un equipo que nunca lo había hecho, fue algo histórico.

- ¿Existió la posibilidad real de ir a River Plate o Boca Juniors?
- Salió en la prensa, pero a mí nunca me llamaron. Igual en ese momento había dicho que me iba a quedar, que me sentía partícipe del descenso del club, porque hay que poner la cara también. Lo que sí era real es que Lanús me había llamado, también Estudiantes, pero en ese momento decidí quedarme a ver si podía ayudar al equipo a volver a Primera División.