Nicolás Clavería (19) se formó en Cobreloa, pero a medio camino cumplió el sueño de su vida: se integró a las series menores de Universidad de Chile. Allí, el volante hizo carrera y terminó llegando al primer equipo de la mano de Frank Kudelka, pero nunca pudo debutar.
A comienzos de 2020, el mediocampista decidió no firmar contrato profesional con la U y terminó emigrando al UD Montijo, cuadro de la Tercera División de España. El "Nico" fichó hasta 2022 en el cuadro de Badajoz. Su caso fue ampliamente comentado, pues se transformó en otro de los tantos canteranos que los azules perdieron a medio camino.
En diálogo con AS Chile, Clavería cuenta su verdad y comenta cómo ha sido su nueva vida en Europa. "Estoy viviendo en Badajoz, desde el primer momento el recibimiento ha sido muy cálido y acogedor. Eso hace que mi estadía sea más amena. Llevo una vida que me permite estar 100% mentalizado en mi carrera", señala el volante chileno.
- ¿Cómo se dio su llegada a España? - A principios de 2018 fui invitado a entrenar un par de semanas a Extremadura y Montijo. Habían visto un par de videos míos de cuando jugué con la U un campeonato acá en España en 2017. Me venían siguiendo hace tiempo. En esa época no se pudo concretar nada porque estaba en pretemporada con el primer equipo de la U, con el 'profe' Kudelka. Después vine a una pasantía de tres semanas y aprendí mucho. Se me abrió la mente, siempre lo vi como una ayuda para fortalecer mi proceso formativo.
- ¿Qué tal es la liga? - La liga es muy competitiva. Hay jugadores con mucha experiencia que han tenido un recorrido importante en Primera División de España. Son equipos que se refuerzan para ascender. Mis compañeros igual tienen buen nivel. Hay jugadores con una potencia increíble, muy veloces y muy ágiles. Son cualidades que no había tenido la oportunidad de ver ni de compartir. También estoy aprendiendo otras culturas. Me topo con africanos, australianos o argentinos. Nosotros somos el equipo más joven, este es un proyecto nuevo y muy ambicioso de cara al futuro. Tenemos sesiones de coaching y trabajo físico en doble jornada. El fin de semana eso se refleja, porque estamos consiguiendo resultados positivos.
- ¿Le ha cambiado mucho la vida en España? - Sí, ha sido un cambio radical. Dejé a mi familia, mi polola y mis amigos. Por el lado emocional es difícil, pero venía preparado para enfrentarlo mentalmente. Acordarme de mi familia todos los días es un plus y me sirve para levantarme con más ánimo y poder terminar mi proceso formativo de gran manera. El apoyo de todos ellos es increíble.
- ¿Es muy difícil estar lejos de la familia? - Es un tema de cabeza, si estás fuerte de cabeza y tienes el apoyo de tu familia, tienes claros tus objetivos y tus sueños, no debería ser un problema. Al contrario, tiene que se un plus. Ellos me ayudan a cumplir mis sueños, quiero que mi familia esté orgullosa de mí.
- ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Llegar a una liga más importante de Europa? -Mi objetivo a corto plazo es completar mi proceso formativo en torno a la cultura europea, adaptarme a esta cultura y competir a gran nivel. Quiero competir bajo el estrés y la presión. Eso va a ayudar a Montijo a conseguir sus objetivos también. Quiero mejorar mis cualidades físicas, técnicas y tácticas. Y a largo plazo quiero crecer como jugador y tener más herramientas que las que tengo ahora. Quiero jugar partidos de forma constante y regular. Obviamente, después quiero llegar a una liga más importante, ese es el gran objetivo y lo que tengo en mente todos los días, entreno para eso, pero voy paso a paso. Cuando me toque dar el salto, voy a estar preparado.
- ¿Volver a Chile no es una idea, entonces? - Por ahora no, pero no cierro las puertas...
- ¿Se quedó con la "espina" de jugar en el primer equipo de la U? Se habló mucho de su caso... - Para mí poder debutar en la U era un sueño de niño, incluso de cuando jugaba en Cobreloa, eso lo sabe toda la gente que me conoce. Por ese motivo me preparé con hábitos de alto rendimiento. Yo sabía que en cualquier momento me podía llegar la oportunidad. Por eso me entrené extra por las tardes, cambié mi alimentación y me entrené mentalmente. Trabajé con un quiropráctico para no sufrir lesiones, aumenté mi porcentaje de masa muscular, también mejoré mi resistencia. Todo eso fue gracias al área formativa de la U y también a la agencia que me representa. Estaba preparado, pero finalmente la U no confió en mis capacidades para debutar. Lo respeto y no lo juzgo. Además, se sumó el complejo momento que vivía el equipo. Por lo mismo, ellos no tenían un proyecto ni a corto ni largo plazo para mí. Su única intención era enviarme a préstamo sin siquiera saber dónde, entonces todo era incertidumbre. Siempre voy a estar agradecido de la U, le tengo cariño al club, pero fue Montijo el que confió en mis capacidades 100%. Me propusieron proyectos a corto y largo plazo, eso me tiene feliz. Venir a España es un cambio radical en mi vida, pero tengo claro cuál es mi sueño: ser jugador profesional y competir en las grandes ligas. Yo me muevo por los grandes desafíos, sueño en grande.