Vértigo y seguridad defensiva: el sello de Rafael Dudamel
Aunque dirigió equipos en Venezuela y Brasil, el DT mostró su estilo principalmente en la selección vinotinto con un juego compacto, reactivo y de ataques veloces.
Caída la posibilidad de que finalmente Luiz Felipe Scolari llegara a Colo Colo, dos nuevos nombres suenan para asumir en el cuadro albo: Rafael Dudamel y Gabriel Heinze. De ambos, el primero parece perfilarse con ventaja, pues hoy no aparece vinculado con ningún otro club. No así Heinze, quien tras su gran campaña con Vélez Sarsfield asoma para llegar a San Lorenzo, en Argentina.
Aunque dirigió en Venezuela a Estudiantes de Mérida y Deportivo Lara, y ahora último a Atlético Mineiro en Brasil, el desarrollo como entrenador de Dudamel está signado por su labor en la selección llanera, tanto en el equipo Sub 20 como en el elenco adulto. En ambas escuadras, el aspirante a la banca del Cacique puso de manifiesto su propuesta de juego, la que podría desarrollar en Colo Colo si se concreta su incorporación.
Dos sistemas
El venezolano, en un momento de máxima exigencia con Atlético Mineiro, empleó el sistema de juego 1-3-5-2, buscando revertir una serie por Copa Sudamericana que comenzó 3-0 en favor de Unión de Santa Fe de Argentina. Sin embargo, lo tradicional en el DT llanero ha sido el uso de los esquemas posicionales 1-4-4-2 y 1-4-3-3.
Eso en la relativo al ordenamiento en la cancha de los equipos conducidos por Dudamel, que oscilan entre atacar con tres delanteros o pasar a generar juego en el mediocampo con cuatro volantes. Por supuesto que sin tocar nunca la línea de cuatro defensas en el fondo.
Últimamente, en la escuadra vinotinto se mantuvo fiel al 1-4-3-3, pero con un perfil ultra flexible. Al punto de que cuando Venezuela era atacada, los extremos descendían en el terreno de juego, conformando un bloque de cinco componentes en el mediocampo, con solo el centrodelantero como apoyo de salida larga.
Esperar y defender
El DT le asigna máxima importancia a la noción de bloque, uno de los principios de juego generales más en boga en el fútbol en la actualidad. Las tres líneas siempre se encuentran muy próximas y centralizadas al momento de defender, formando una estructura densa que espera y retrocede hasta cerca del área penal. La intención es desfavorecer las penetraciones por el eje de la cancha.
Defensivamente, los equipos del llanero son reactivos antes que de proacción. La agresividad en la recuperación del balón se pone en marcha en la medida que el foco del juego se aproxima hacia la portería propia, cediendo tiempo y espacio para la elaboración de fútbol oponente. En su libreto, la presión en campo contrario es solo circunstancial, por momentos del partido, si se necesita por ejemplo revertir un marcador adverso y el tiempo es escaso.
Vértigo en ataque
Lo anterior se encuentra ligado precisamente con la forma de atacar de Dudamel. Como sus equipos se reagrupan defensivamente tras la línea de la mitad de la cancha, cuentan con amplio espacio hacia adelante en la fase ofensiva.
De este modo, el contraataque es su sello en este momento del juego. Sus elencos son directos y rápidos en las maniobras ofensivas, sumando a mucha gente en posiciones de ataque. El bloque se desplaza varios metros hacia adelante, con los delanteros en la primera línea de concreción y el respaldo desde atrás de los volantes más avanzados.
Cuando esto no es factible, los cuadros dirigidos por Dudamel exhiben fundamentos de movilidad, registros de asociaciones verticales, cambios de frente pertinentes e incorporaciones de los laterales en ofensiva. Un ataque construido sin extenso desarrollo, que no se excede en la circulación del balón y se afana en una longitudinalidad pronta hacia el arco rival.