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CORONAVIRUS

DT chileno en Indonesia: "Si acá alguien se queda en casa, al otro día no tiene qué comer"

Luis Hicks, también ex futbolista, dialogó con AS desde su hogar en Yakarta, la capital. “Las personas no le han tomado el peso a la situación”, advierte.

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DT chileno en Indonesia: "Si acá alguien se queda en casa, al otro día no tiene qué comer"

“La gente sigue en las calles”. Así define Luis Hicks (42), en conversación con AS, el escenario que se vive en Indonesia pese a la crisis sanitaria del Covid-19. El entrenador chileno, quien trabaja en una escuela de fútbol formativo en el país asiático, no logra entender cómo esa población -con más de 500 infectados y más de 40 fallecidos a raíz de la pandemia- no entra en razón.

El ex zaguero de Unión Española y Osorno, radicado hace ya 17 años en Asia, además, no confía del todo en el gobierno indonesio, aunque rescata el plan para contrarrestar el brote. “Quieren implementar un test rápido puerta a puerta y dos pastillas. Una, por ejemplo, es para la malaria y, dicen, reduce el contagio por coronavirus”, señala el DT desde su hogar en Yakarta, la capital.

- ¿Cómo han sido estos últimos días en Indonesia?
- Está relativamente igual que en el resto del mundo, pero demoraron harto en anunciar el primer caso de coronavirus (principios de marzo) y es algo bien confuso. No sabemos si el gobierno está dando la información real, porque en el resto de los países de la zona ya había casos hace bastante rato. A lo mejor era para no alarmar. Ahora han salido casos y casos y ya van más de 400. Y se espera que sean 700.000. Se han cerrado los colegios, las oficinas públicas y se ha restringido la locomoción. Sin embargo, yo no veo mucha consciencia. Las personas no se quedan en sus casas y, por lo mismo, es probable que la fuerza armada actúe, ya que habrá estado de emergencia en Yakarta.

- ¿De qué manera pasa la cuarentena?
- Las clases están suspendidas en la compañía de fútbol, pero continúo planificando en mi casa. He estado toda la semana aquí. No he querido salir. Y si es que lo hago es solo para cosas importantes, como ir al supermercado. Hay que quedarse en el hogar y tener empatía con el resto, pues el brote será muy fuerte.

- ¿Hay histeria colectiva por allá?
- La verdad que no, por lo que te decía. Las personas no le han tomado el peso a la situación. Pasa por un tema cultural-educativo, que es relativamente bajo. Es una población que depende mucho del día a día. Por ejemplo, un tipo puede acatar lo que dice el gobierno, de quedarse en su casa, pero no va a tener qué comer mañana. La religión también es un tema. Te doy otro ejemplo: un gobernador puede decir que las mezquitas se suspenden y otro gobernador puede manifestar que las misas deben continuar, porque estamos supeditados a la suerte de Dios. Es complicado. La religión musulmana está casi a la par con la salud.

- ¿El ambiente lo atemoriza?
- Sí, obviamente. Veo la televisión y sé que los números se van a incrementar de un día para otro. Esto se va a salir de control…

El drama en Chile

- ¿Cómo ve lo que pasa en Chile desde tan lejos?
- Con las nuevas tecnologías uno está al tanto de lo que sucede allá. Pese al problema social, a este tema hay que tomarle el peso. No es mentira. Escucho mucha gente que dice que es una confabulación del gobierno. Te digo: estoy al lado y va a golpear fuerte. Singapur, que está cerca de acá, teniendo todos los medios, lo mejor de Asia, no ha podido frenar al virus.

- Imagino que su familia debe estar alerta a lo que pasa con usted…
- Claro. Nos comunicamos todos los días. Por WhatsApp, una videoconferencia o un llamado. Ellos están al tanto, pendientes. Uno también se preocupa por los amigos, conocidos y el país en general.

- ¿Qué opina de la gestión de Sebastián Piñera?
- No sé si reír o llorar. Escucho sus discursos y me dan vergüenza ajena. Es momento de un cambio. Yo nunca pensé que Chile se transformaría en lo que es ahora. Es un campo de guerra, manda el más fuerte. Es muy descarado todo lo que se ha sabido y la gente se manifestó luego de vivir en silencio. Pero esto no es solo de Piñera, sino que viene de mucho más atrás.

- ¿El brote del coronavirus “salvó” momentáneamente a Piñera?
-Sí, porque la gente iba a seguir manifestándose. La campaña vino en auxilio del gobierno. Y en la salud tampoco han hecho mucho. Jaime Mañalich es un desastre, un 'Tony Caluga'. Tengo amigos del ámbito que no tienen insumos, y él ha dicho que hay un gran sistema. No sé cómo se asesoran estos tipos...