Alexis y una leyenda que comenzó con 17 años y 129 días
Esa edad tenía Alexis Sánchez el 27 de abril del 2006 cuando debutó por la selección chilena. Muy pocos pueden decir que fueron testigos del ingreso del delantero de Cobreloa en un amistoso de la Roja contra Nueva Zelanda jugado en el antiguo Nicolás Chahuán de La Calera. A los 58 minutos de juego el técnico Nelson Acosta, el mismo que lo hizo debutar en Primera División y en la Copa Libertadores, ordena que Sánchez reemplace a Juan Gonzalo Lorca. En los informes de ese partido destacaron las irrefrenables ganas de este bisoño jugador de demostrar sus condiciones. Su talento era indiscutible, pero aún estaba en proceso de convertirse en un futbolista de nivel y no quedar empantanado en la zona de las promesas.
El resto es historia conocida y de verdad conocida, porque Sánchez ha sido protagonista de los últimos años del fútbol chileno como pocos. Lo hemos visto crecer, transformarse en uno de esos jugadores escogidos. Lo vimos cuando pasó a Colo Colo, todavía con marcados rasgos infantiles en su rostro. En cada estación posterior iba creciendo. River Plate, Udinese, Barcelona, Arsenal. Cada vez jugaba mejor. Lo vimos crecer físicamente, el cambio necesario para triunfar en las grandes ligas. Lo vimos pasar de ser un tipo extraordinario para la pelota hasta convertirse en un gran futbolista.
Alexis Sánchez tiene 31 años. En rigor ya no es Niño Maravilla. Es un hombre grande, experimentado. Lo vimos crecer y crecimos con él. Lo vimos jugar con una notable generación de compañeros vistiendo la camiseta de Chile. Lo vimos ganar, como nunca antes. Las cifras son extraordinarias. Por la Roja ha jugado 132 partidos. Lleva 43 goles convertidos. Ha entregado 36 asistencias, pase-gol. Es decir, ha sido protagonista en casi 80 goles de Chile. Su presente deportivo no es el mejor ni el óptimo, pero sigue jugando en las grandes ligas.
El 27 de abril del 2006 Chile venció a Nueva Zelanda por la cuenta mínima. Gol de Eduardo Rubio. A los 58 minutos ingresó Alexis Sánchez. No quedó conforme con su actuación. Sabía que podía rendir mucho más. Tenía 17 años y 129 días.