ARCOS
Estadio vacío
Se volvió a jugar al fútbol en una de las grandes ligas mundiales. La Bundesliga, con extremas medidas sanitarias, hizo rodar la bola otra vez. En tiempos extraordinarios como los que vivimos por la pandemia mundial, es necesario realizar ajustes extraordinarios. Evitar los festejos, suplentes con mascarillas, sin saludo de capitanes ni foto inicial de rigor. Y sin público en las gradas.
Todos nos enamoramos de este juego en esos partidos improvisados que teníamos en la cancha de la población, el barrio o el colegio. Las ligas, los más pudientes. Apodábamos nuestra cancha como Maracaná. Bombonera, Bernabéu, San Siro, Wembley, nombres que le robábamos a la historia para creernos un poco más importantes. En esos partidos, en esos donde dejamos el alma y un poco más, no había gente. Casi nunca. En contadas ocasiones llegaban algunos a mirar una "pichanga" por ahí, con la secreta idea de ser invitados a sumarse. Si participábamos en un torneo, la concurrencia crecía, pero jamás, nunca, se acercaba a lo que se vive en una cancha de fútbol profesional, por pequeña que esta sea.
Nada más.