Problemas de dinero: el contrato que puso en jaque a Colo Colo
Los ingresos por publicidad disminuyeron considerablemente durante el 2019. Aun así, este ítem representa casi el 30 por ciento de los ingresos del club.
El quiebre con Umbro (sponsor oficial) es un golpe duro para Colo Colo, que atraviesa un delicado escenario económico. La crisis ya se había advertido a los accionistas un tiempo atrás, y este nuevo conflicto llega a desestabilizar aún más a Blanco y Negro (ByN).
Si bien las cifras finales son confidenciales, el acuerdo inicial estipulaba que Colo Colo tendría un ingreso cercano a los US$3 millones anuales (incluye todas las categorías y otras ramas). Eso es lo que hoy está en juego, con las acciones legales que podrían tomar ambas partes.
Según supo AS, esta situación ya se había desencadenado mucho tiempo atrás. Incluso antes de la llegada de la pandemia a Chile. No solo porque ByN reclamaba deudas en dinero, también porque acusaba retrasos en la entrega de indumentaria.
Ese escenario fue desmentido por Umbro: "Rechazamos tajantemente cualquier imputación respecto a supuestos graves y reiterados incumplimientos de contrato". La marca también anunció el fin del vínculo este 31 de diciembre del 2020.
Lo complejo es que los dineros por publicidad, según los estados financieros, representan un 30 por ciento de los ingresos de Colo Colo. Porcentaje que ya había disminuido entre el 2018 y 2019 (bajó de $16.828 millones a $9.800 millones). Ahora tendrá que buscar un sponsor con urgencia. La necesidad en tiempos difíciles.
Blanco y Negro, además, puso fin a los contratos comerciales con otras dos marcas durante el año pasado: Diageo y Autoplanet. A esto se suma que hoy no existen ingresos por recaudación de entradas, ventas de jugadores u otras actividades, como el tour del Monumental.
Las pérdidas del 2019 fueron de $1.330 millones (después de impuestos) y con el contexto actual, la situación se podría agravar. El único respiro de Colo Colo está con la Ley de Protección al Empleo. Sin embargo, en caso de regresar a entrenar (como lo pidió la ANFP), el club tendría que volver a pagar las remuneración de los jugadores. Y eso implica más de $600 millones.