Cauas
Desconfinando al cerebro
Comunas en transición, otras comunas en fase 2 y otras finalmente a punto de pasar a la fase 3. Así es el paso a paso para ir desconfinando a nuestro país.
En el contexto del deporte también se ha ido produciendo un paulatino desconfinamiento bajo medidas sanitarias y protocolos definidos por la autoridad.
Pero ahora viene una tarea importante para el deportista: retomar una actividad después de semanas y meses. Esto implica retomar conductas, hábitos y rutinas propias del deporte de alto rendimiento. Todo esto implicará nuevamente movilizar nuestro cerebro que tiene, entre sus principales características, permanecer en la zona cómoda, de no movimiento, de mantenerse en lo que conoce y en lo que le entrega certezas.
Entonces, en un primer momento, a pesar de que se vuelva a actividades que se realizaban cotidianamente, pero que se habían abandonado por un largo tiempo, el cerebro las tenderá a rechazar. Como que de alguna forma ya se había acostumbrado a la “nueva vida”, al nuevo escenario y a no movilizarse.
¿Y cómo actúa este cerebro para oponerse y no salir de su zona? Utilizando mecanismos defensivos. Muchos de ellos utilizados bajo procesos inconscientes, es decir, sin que el deportista se dé cuenta que están operando.
El primero de ellos es la negación, mecanismo muy utilizado comúnmente, donde literalmente frente a lo que pasa alrededor, se tiende a negar. Por ejemplo, al inicio de la Pandemia, este mecanismo podría haber actuado bajando el perfil a lo que estaba pasando, o bien, suponiendo que los tiempos de cuarentena serían breves. Pero en este regreso, el mecanismo de negación podría estar impulsando a los deportistas a relativizar la necesidad de se cumplan las medidas exigidas. “Hay mucha exageración”, dirá un cerebro controlado por la negación.
Otro mecanismo es la idealización, que al producirse el desconfinamiento, puede tener como “misión” mostrarle al deportista “que todo será como antes”, que se volverá a entrenar en condiciones normales o que se volverá a competir bajo circunstancias habituales, lo que de acuerdo a lo manifestado por los expertos, no ocurrirá 100%. Pero el cerebro intentará idealizar esta vuelta a entrenar y competir.
Finalmente hay un último mecanismo que también podría hacerse presente: la racionalización. ¿En qué consiste? Normalmente se utiliza para reducir todo a normas o conceptos racionales, lo que ayudaría, en un primer momento, a tapar los motivos reales de ciertos comportamientos, y en una segunda instancia, a no considerar las emociones asociadas a toda esta realidad que se está viviendo.
Este mecanismo podría ser particularmente dañino para el deportista, porque no permitiría hacer una lectura acerca de lo que va sintiendo y ocultando emociones como la ansiedad, el estrés y el miedo (que pueden verse potenciados en momentos de mucha incertidumbre como los actuales). Secundariamente, la racionalización podría potenciar cierto tipo de lesiones sobre todo las físicas, aquellas que según numerosas investigaciones, surgen mayoritariamente por una mala gestión de las emociones.
Por ello es muy importante en este periodo de desconfinamiento que los deportistas vayan trabajando aspectos mentales. Hoy sabemos tanto acerca de cómo funciona el cerebro, que es fundamental entrenarlo para evitar que el retorno sean una experiencia no positiva.