Riveros describe la ‘rebelde’ decisión que cambió su carrera
La triatleta chilena recuerda un episodio que marcó su etapa profesional. Ocurrió antes de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. “Fue un punto de inflexión”.
Desde Australia, Bárbara Riveros hizo un repaso por su carrera como triatleta. La destacada deportista chilena conversó con ‘Es Deporte Radio’, donde relató uno de los momentos más importantes de su etapa como profesional. Una decisión que cambió su forma de ver el deporte: “Fue un punto de inflexión bastante fuerte. Ese día tomé las riendas de esto”, adelanta.
La historia ocurrió previo a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Dos años antes de la cita olímpica, Riveros se fue a vivir a Australia: “Cuando volví a Chile, estaba lesionada. Mi papá me dijo que tenía que ir a México a correr una carrera del campeonato panamericano para juntar puntos para Beijing (2008). Yo estaba con una fractura en la tibia”, parte el relato.
“Mi entrenador me dijo: ‘¿cómo vas a correr si estás lesionada? tú, mentalmente, no puedes seguir pensando de forma mediocre. Así nunca vas a alcanzar tu potencial. Tú tienes que concentrarte en mejorar tu tiempo. Deja esa mentalidad de hacer las cosas solo porque tienes que hacerlo’. Fui la primera vez que enfrenté a mi padre y le dije que no iría”, agrega.
Riveros se rebeló a su padre, Agustín Riveros. El mismo que le transmitió la pasión por el deporte: “Llegué a Chile y él estaba indignado. Me dijo que iba a quedar fuera de Beijing. Él siempre fue palabra sagrada y yo le hacía caso desde chica. Pero en ese momento le dije que iba a hacer las cosas por mí. En ese momento ya no estaba haciendo deporte por él, ahí yo tomé las riendas de esto y dije ‘quiero ver hasta dónde voy a llegar’”.
La chilena, de todas formas, aplaude el rol que tuvo su padre en el inicio de su carrera: “Nunca dejó de estar presente. Una de sus formas para conectarse con nosotros, fue a través del deporte. Al principio no me gustaba mucho, y él nos sacaba a correr. Nos inculcaba la disciplina. Él viajaba a veces y cuando no estaba, llamaba a mi mamá para que nos sacara a entrenar. U organizaba algún taxi para que nos llevara. Siempre se la jugó por nuestra formación”.
La vida de Riveros en Australia
Riveros cuenta cómo es su vida familiar en Wollongong, a 80 kilómetros de Sidney: “Los primeros años arrendaba una pieza. El 2009 me cambié de ciudad. Estuve dos años y medio y cuando volví a, una familia me dijo que me fuera a vivir con ellos. Yo entrenaba con su hijo. Cuando estoy en Australia, estoy con ellos. Es un entorno familiar súper importante. Es el cable a tierra. Los deportistas vivimos en una burbuja que no es real, y vivir con gente tradicional, te ayuda a complementar mejor”.