Chilenos por el mundo
La nueva ruta que se abre para las promesas chilenas: estudiar y jugar fútbol en EE.UU.
Muchos han decidido compaginar el deporte de competición con los estudios universitarios, gracias a prestigiosas becas. Esto, mientras la MLS asoma como objetivo.
"En Chile, uno de cada mil jugadores llega a ser profesional, y uno de cada diez mil llega a ser exitoso". Así resume Tomás Jamett (22) el difícil trayecto del futbolista nacional. Lo cierto es que el deporte está repleto de factores que pueden impedir la concreción de ese gran anhelo que todos tienen al comenzar sus carreras: llegar al primer equipo de un club situado en la división de honor. O hay quienes sí lo logran, pero a través de otro camino. Uno que ahora se torna cada vez más frecuente. La premisa es no apostar todo al fútbol, sino que desarrollarse en otras áreas, en caso de que el plan A falle.
Jamett es uno de esos casos en que un futbolista dotado de condiciones debe tomar otra vía para lograr el sueño del profesionalismo. Hoy se encuentra finalizando sus estudios de Business Administration & Finance en Iona College, una universidad ubicada en New Rochelle, Estados Unidos, y ha trabajado a su corta edad en empresas como Microsoft o World Financial Group. Sin embargo, jamás dejó de rondar en su cabeza la idea de ser futbolista. Por eso, partir a Norteamérica surgió como la posibilidad ideal para seguir jugando y ver qué pasaba.
Actualmente, Iona College participa en las competencias organizadas por la NCAA, una asociación que se encarga de la mayoría de los programas deportivos universitarios y, entre esos, está el fútbol. “Iona me ofreció una beca completa. Gracias a One Sports Chile, una agencia que ha ayudado a muchos a llegar allá, yo pude terminar mi último año de High School en Connecticut y ahí los captadores me vieron jugar. Recuerdo que lo que más me impresionó una vez que acepté fue la infraestructura. Los camarines eran mejores que los que tiene el primer equipo de Colo Colo”, confiesa el jugador nacional.
Habla, además, con conocimiento sobre las instalaciones del ‘Cacique’, ya que incluso rechazó una oferta del cuadro albo para continuar con sus estudios en Estados Unidos: “Justo antes de entrar a la universidad, volví a Chile y entrené tres meses con Colo Colo. Al principio sentía que me miraban como pensando ‘este debe ser un paquete’, jajajá".
Incluso, compartió con varios futbolistas del 'Popular' que hoy se encuentran en el plantel profesional: "Estuve tres días con la Sub 19, junto a jugadores como Carlo Villanueva, Iván Morales, Branco Provoste y otros más. En un momento el DT, que era Manuel Crespo, me llama y me dice ‘¿qué estái haciendo acá?, tení que ir al primer equipo’. Así que él me mandó, me adapté muy bien al plantel y pensé “chuta, en una de esas me quedó acá”.
¿Qué lo hizo desistir, entonces, de firmar en uno de los clubes más grandes del país? Jamett señala que "luego de esos tres meses me citaron a una reunión en la que, por petición de Manuel Crespo y Enrique Troncoso (captador del club), me ofrecerían extender el vínculo. Fui con mi papá al Monumental ese día, pero la oferta de Estados Unidos era cien veces mejor. Allá la carrera que estudio cuesta 60 mil dólares al año y la universidad se hace cargo de todos los costos, además de darme un cheque para cubrir otras cosas".
La diferencia era abismal: "Acá en Colo Colo dijeron que podían ofrecerme un contrato de juvenil, un viático de unos 250 mil pesos y que me quedase en la Casa Alba. Era arriesgar demasiado, porque no sabía si ese vínculo después se iba a extender. Ni siquiera sabía si lograría debutar en algún minuto".
Hoy, Jamett está a punto de graduarse y espera ingresar al draft de la MLS para probarse en equipos en enero próximo. Todo en un ambiente que, advierte, no hay que mirar en menos. “Acá llegan jugadores del Barcelona, del Atlético de Madrid y otros equipos europeos. No son puros ‘troncos’, hay futbolistas muy buenos que, por una u otra razón, no quedaron en el primer equipo tras pasar por cadetes. Hay gran nivel”.
De la liga universitaria a la Primera División chilena
Probablemente, el caso de mayor repercusión en los últimos años ha sido el de Nicolás Solabarrieta (23). El actual jugador de Palestino se cansó de anotar goles en Albany, donde se tituló de ingeniero comercial. “Hice las inferiores en Universidad Católica, y en la pretemporada de 2015 me dijeron que podía quedarme, pero sería segunda opción. Así que comencé a buscar otra alternativa… un préstamo, pensaba. La idea de irme a Estados Unidos no me convencía del todo” confiesa en diálogo con AS.
Sin embargo, luego de conversarlo con su familia, terminó asumiendo que era una buena oportunidad. “Mis expectativas estaban en ir, estudiar, jugar lo mejor posible en la liga y optar al draft una vez que me graduara. En resumen, perseguir la carrera de futbolista allá”, señala. Además, concuerda con Jamett sobre el aspecto que más lo impresionó una vez que llegó: “los camarines, la sala kinésica, la infraestructura es una locura, jamás imaginé que el fútbol universitario tuviese ese nivel”.
Una posibilidad que suma seguidores
“A mí el manejo del inglés me ayudó mucho, sobre todo al rendir el SAT (examen de admisión a la educación superior), pero no es tan crucial. Lo principal es examinar bien dónde vas a ir a parar. Así como hay universidades buenas, también hay otras que no valen la pena; ver la ciudad en que te quedarás, el nivel de competencia… y tomarlo con madurez, porque al final es una opción de vida”, dice el atacante del cuadro árabe.
Jamett complementa: “Estar acá me ha abierto muchas puertas. Yo he viajado por todo el país jugando fútbol, y además estudio gratis, que para mí es muy importante, aunque siempre esté el sueño de ser profesional. No hay que apostar todo a un solo plan. Hay que ir con metas claras. Y una cosa muy importante, creerse el cuento”.