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La visita al Centenario es una de las más inhóspitas en el historial de la selección chilena. Jugando por Eliminatorias la Roja ha rescatado sólo un empate. Fue el 18 de noviembre del 2007, cuando el equipo que dirigía Marcelo Bielsa empató a dos goles con Uruguay, con los últimos festejos de Marcelo Salas jugando por Chile. La zambullida tras el centro de Carlos Villanueva desde la izquierda y un penal que dejó al equipo transitoriamente arriba. Un tanto de Abreu, cerca del final, fijó las tablas.

El resto, sólo derrotas.

En noviembre del 2011, la Celeste le hizo cuatro a una selección convulsionada. Un día antes de emprender el viaje a Montevideo, Claudio Borghi decidió marginar a varios futbolistas de la convocatoria, varios de ellos titulares, por el incidente conocido como el bautizazo. Por el castigo no viajaron a Uruguay jugadores como Jorge Valdivia, Jean Beusejour, Gonzalo Jara, Carlos Carmona y Arturo Vidal. El equipo sintió el golpe en la noche en que Luis Suárez anotó cuatro de los cinco goles que le ha convertido a la Roja.

El 17 de noviembre del 2015 fue un día triste para el fútbol nacional. Mientras el equipo de Jorge Sampaoli perdía por un contundente 3-0, el presidente de la ANFP Sergio Jadue abordaba un avión rumbo a Estados Unidos. En el aeropuerto dijo que partía de vacaciones junto a su familia. En ese Macondo que se había convertido la Conmebol, el dirigente chileno actuaría como un testigo protegido en el caso de sobornos, coimas y chantajes que sacudió al fútbol planetario. A la fecha aún no se dicta sentencia para Jadue.

Ahora comienza el camino clasificatorio más extraño de todos los tiempos. En las eliminatorias más difíciles del mundo, la Roja buscará clasificar a un Mundial que se ve, futbolísticamente, más lejos que en otras ediciones. La llamada generación dorada disputa sus últimos cartuchos en el alto nivel competitivo. Pase lo que pase, este es el último proceso de un grupo de jugadores fabulosos. El recambio que no ha llegado pasará a ser inevitable en un par de años más. Si todos estuvieran en condiciones físicas, Chile aún tendría como titulares inamovibles a Bravo, Isla, Medel, Aránguiz, Vidal, Sánchez. Más de la mitad del equipo. Los relevos aún no están a la altura de los que ya no juegan más.

Todo es demasiado relativo. Porque se jugará sin público y en las eliminatorias la afición se siente. La presión existe. Las estadísticas, la historia y los protagonistas lo confirman. Despejado ese factor, al menos por el momento, la cancha podría nivelarse. La continuidad y el momento de los jugadores será esencial, porque los seleccionadores tendrán a los futbolistas muy poco tiempo.

La lógica instala a Brasil, Argentina y Uruguay por sobre Chile. El cuarto cupo lo suelen pelear Chile, Colombia, Ecuador, antes Paraguay, hoy Perú. Venezuela ha crecido y Bolivia parece ser la única selección que se quedó estancada, pero en las últimas clasificatorias la Roja no le pudo ganar en cancha ni en Santiago ni en La Paz.

Uruguay es una salida compleja. Para mí, Colombia es aún más difícil. En el año más extraño de nuestras vidas comienza las clasificatorias más impredecibles de la historia.