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Entrevista AS

El oscuro retiro de Darío Bottinelli: “Nunca sonó el teléfono; es porque ya se van olvidando”

El Pollo, quien decidió ponerle fin a su historia en el fútbol a los 34 años, se desahoga desde Argentina. El ex Universidad Católica dice que merecía despedirse en una cancha.

El oscuro retiro de Darío Bottinelli: “Nunca sonó el teléfono; es porque ya se van olvidando”

En las calles de su natal Caseros, al noroeste del Gran Buenos Aires, Darío Bottinelli se divertía con sus amigos y un balón. Jugaban al fútbol y eran felices, como tantos otros niños, y la escena posterior era apaciguar la sed con una gaseosa -como le dicen a la bebida en suelo trasandino- que se servían en la puerta del hogar del Pollo, quien siempre fijó la atención en Pablo Aimar, su ídolo. Son algunos pasajes de la infancia del ex Universidad Católica. El inicio del camino, de las ilusiones. Una ruta a la que accedió con su talento, aunque físicamente le costó desarrollarse.

A los 15 años, se sentía cuesta arriba respecto a sus compañeros. Pero no se rindió. Encontró su versión ideal y sacó diferencias. Fue así como construyó una exitosa carrera en el fútbol. Una que, eso sí, optó por cerrar a fines del mes pasado. Ya nada era lo mismo. "Es una decisión que ya venía pensando, así que me toma relajado. Estoy muy tranquilo, viendo lo que depara el futuro", cuenta Darío Bottinelli (34) a As Chile. El último club del Pollo fue Almagro, en el ascenso argentino, mientras que el duelo que marcó su adiós se dio ante Sarmiento, el 3 de marzo del 2020.

- ¿Qué lo llevó a tomar la decisión de retirarse?
- Situaciones que fueron pasando en los últimos dos años en Argentina, el no tener mucha continuidad, participación. Entonces, veía que cada vez se me hacía más difícil conseguir algún equipo. Los clubes que pensaba que me iban a abrir la puerta, no lo hicieron. Así que llegué a esa decisión, y creo que fue la correcta.

- ¿Eso lo golpeó en lo psicológico?
- No. Lo venía analizando hace tiempo y me fui preparando. Creo que eso me ayudó bastante para estos días después del anuncio. Me hubiese gustado retirarme en el club que quería (Universidad Católica), pero no se dio la forma. Sin embargo, estoy feliz por la carrera que hice.

- ¿Su carrera finaliza con algo de tristeza? Se lo consulto porque no pudo despedirse jugando al fútbol...
- Por ese lado, sí. Me hubiese gustado, y creo que merecía terminar la carrera dentro de una cancha de fútbol y jugando. Pero bueno. La situación del mundo, con el tema de la pandemia, tampoco ayudó y eso también fue un golpe duro que me hizo tomar esta decisión.

- ¿Tuvo acercamientos con algún club?
- Sinceramente, no. Después de la pandemia, no. Nunca sonó el teléfono, y esas cosas son advertencias de que se está terminando la carrera. Si durante un año no te llaman, es porque ya se van olvidando. Es la verdad.

- ¿Y eso le duele?
- No, pero uno espera que donde más se siente identificado o de donde uno salió acá en Argentina, le den posibilidades. Que no pase, es feo. Pero son cosas del fútbol que todos los jugadores pasamos...

- Me imagino que su familia debe estar muy contenta, porque lo tendrá más cerca constantemente...
- Sí, mi familia está feliz, y contenta por lo que hice en más de 15 años de profesionalismo. Ahora disfrutaré a mis hijos y a mi esposa, ya que fueron muchos años yendo de acá para allá. Pondré la mente en blanco para lo que será una nueva etapa.

- Con el hecho de estudiar para ser entrenador... ¿anticipó de cierta manera el fin de su carrera?
- No. Era un plan extra, porque me recibí hace más de un año y medio, y era algo que siempre quise hacer después de ser jugador de fútbol. Me recibí con Javier Mascherano.

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- ¿Con qué sensación se levanta post retiro? ¿Cómo evalúa su carrera?
- Exitosa. Creo que lo que he logrado en mi carrera profesional fue muy bueno, gané muchos títulos, jugué en varios equipos grandes de América, y siempre he dejado mi huella. Ser reconocido por hinchas de otros países, siendo extranjero, creo que marca que uno hizo una carrera brillante.

- Si no hubiese sido futbolista, ¿qué cree que habría sido de su vida?
- Seguramente hubiese agarrado una carrera universitaria, pero siempre dije que me hubiese gustado tener una carnicería en mi barrio. ¿Si lo veo posible ahora? No (ríe). Ahora los objetivos son otros y hay prepararse para lo que viene.

- ¿Cuál fue el momento más feliz de su carrera?
- Me quedo con los campeonatos que pude ganar. Todos fueron importantes, pero siempre remarco el de Universidad Católica del 2010, porque creo que me sentí muy identificado con el club y fui un aporte grande para mis compañeros. Fue el más feliz.

- ¿Y el más doloroso?
- Perder una semifinal de liga en México, contra Tigres, fue difícil. Habíamos conseguido un buen resultado de visitante, y de local nos ganaron muy bien. Estuvimos ahí, a punto de lograr una final después de tantos años para el club. Fue un golpe duro, porque teníamos un gran equipo.

- Cambiando de tema... ¿qué significa Universidad Católica para usted?
- Es el lugar donde me sentí más cómodo, más querido. Estoy muy agradecido de toda la gente de Universidad Católica. Es uno de mis lugares en el mundo. Fue un placer vestir esa camiseta.

- ¿Le emociona recibir tantos mensajes de hinchas de la UC en sus redes?
- Sí, aunque a veces no llego a ver a todos. Pero mi esposa y mi familiares más activos en redes, me comentan. Es una felicidad muy linda. Siempre estaré agradecido del cariño y por el respeto que tuvieron hacia mí. Es algo que siempre me va a quedar en el recuerdo.

- ¿Habrá tricampeonato para Universidad Católica?
- Yo creo que sí. Está todo dado para que lo logre. Rezamos desde acá y pedimos que lo puedan concretar.

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