ORTEGA
El renacido de la U
Ángelo Henríquez pasa por el mejor momento desde que retornó a Universidad de Chile y su presencia en la primera convocatoria a un partido internacional de Martín Lasarte en la Roja no fue arbitrario. El ariete volvió a ponerse la camiseta azul en 2018 y largas tres temporadas debieron transcurrir para que fuera el aporte que insinuó su llegada. No es que fuera un desastre, pero solo tuvo algunos chispazos y la constante fueron actuaciones similares o por debajo del resto. En un contexto de bajos desempeños colectivos, con serio peligro de perder la categoría, así que el estudiantil evidentemente estaba en deuda.
Henríquez cerró la temporada 2020 como el mejor hombre del ataque de la U. El inicio del año tuvo a Joaquín Larrivey como el eje de la ofensiva, no solo posicionalmente (fue el '9' titular del equipo) sino que también por su aporte en el juego. El lío generado con el anuncio de la salida de Walter Montillo coincidió con la disminución del aporte goleador del argentino, pero entonces Henríquez tomó el relevo para conducir el sector de ataque y llevar a los azules a un inesperado tercer lugar en el Campeonato Nacional.
Lo consiguió yendo al sacrificio, en una posición que no es la suya, actuando como extremo izquierdo en el bloque de tres delanteros empleado por el DT Rafael Dudamel. Henríquez posee un dominio táctico por sobre la media, así que en esta oportunidad no vivió grandes contratiempos para cumplir con las exigencias de la posición. A pesar de no ser izquierdo, carecer del desborde como rasgo dominante, no ser lo suyo los centros y mantenerse todavía fiel a su perfil nato de centroatacante, con mucha movilidad, juego colectivo importante y capacidad de gol.
En rigor, el renacer de Henríquez se ha dado en un contexto táctico especial. No actúa de extremo neto. En Ataque Organizado (con el equipo rival defendiendo reagrupado en su campo y juntando todas las líneas), el delantero ocupa como referencia posicional la esquina del área oponente. Allí se mueve para recepcionar el balón, hacer jugar a Larrivey o a los volantes que acompañan en ofensiva y por supuesto que también para realizar la última habilitación en cada pasada por la espalda del lateral izquierdo.
Defensivamente, su desempeño ha sido óptimo. No le hace el quite a la persecución del lateral derecho rival cuando este pasa al ataque. Es ponderado y paciente en las situaciones de uno contra uno en la recuperación el balón, por lo que los "fouls gratis" de los atacantes cuando retroceden no están en sus debilidades. Retarda la jugada oponente cuando corresponde, sigue la pared cuando el rival va en busca de la devolución y no se hace problemas para llegar hasta pisar la línea de fondo si la contingencia defensiva lo requiere.
Convirtió cinco goles en el Campeonato 2020. La cifra para un extremo o puntero no está nada de mal, aunque tampoco debemos olvidar que con Hernán Caputto, en algún instante, conformó el doble '9' cuando el DT alineó cuatro hombres en el mediocampo. Que la temporada pasada haya sido la mejor en cuanto a anotaciones desde su regreso indica que la cosa parece estar funcionando para Henríquez. Además, lo que hoy vive puede ser perfectamente la etapa previa para convertirse, de manera definitiva, en el gran '9' de casa que esperan en la U.